sábado, 14 de julio de 2018

La filosofía, en pie de guerra


Nota del editor: 
Recojo dos artículos publicados recientemente en El País de España. Los conservadores sueñan con extirpar la filosofía del currículo de cada país, en algunos casos como en Perú, ya no existen como asignatura y se las ha remplazado por religión. El clamor es que nuevamente se le introduzca como asignatura, la filosofía es una herramienta tan poderosa que genera pensamiento crítico y brinda nuevas construcciones en el pensamiento humano

Juan Cruz.
Madrid 
Tomado de: https://elpais.com/cultura/2018/07/13/actualidad/1531501508_070381.html
Los profesores exigen al nuevo Gobierno el regreso de su asignatura al bachillerato.
Los profesores de Filosofía, indignados desde hace seis años contra la LOMCE del ministro Wert, la virtual desaparición de su asignatura del Bachillerato, siguen en pie de guerra y advierten al nuevo gobierno socialista que no sería bueno “dejar esta asignatura para septiembre”. Reunidos en torno a la REF (Red Española de Filosofía), organizan olimpiadas, congresos, debates e incluso justas callejeras, para llamar la atención sobre el perjuicio que causa esta ausencia no solo al entramado educativo sino a la articulación democrática de la sociedad.
"Ya que no pueden dar Filosofía en las aulas, “hemos vuelto al ágora”, dice la presidenta de la REF, María José Guerra, catedrática de Filosofía Moral en la Universidad de La Laguna. A esa REF pertenecen 56 asociaciones de filósofos de toda España. Esta movilización contra la desaparición de la asignatura en el bachillerato tampoco conoce tregua ahora, a la espera de que el nuevo Gobierno socialista y su ministra de Educación, María Isabel Celaá, concreten lo que esta quiso para Euskadi cuando era allí diputada: que la Filosofía importe en el currículo. Historia de la Filosofía está prácticamente eliminada en segundo de Bachillerato y Ética (cuarto de la ESO) es una optativa “sin apenas carga horaria y alternativa a Religión”, lo cual "deja reducido al mínimo la presencia de Filosofía en el sistema”.

Los entrecomillados son de una carta que la REF envió a Celaá, en la que los representantes de los profesores en pie de guerra le pedían una entrevista para “solucionar la precaria situación de estas materias y conocer las propuestas del nuevo equipo ministerial ante este asunto". La carta fue entregada el último 20 de junio. Aún no ha recibido respuesta. EL PAÍS tampoco halló reacción del ministerio al respecto.

El pasado miércoles, durante la entrevista de este periódico con las firmantes de esa carta y representantes de la REF (María José Guerra, Esperanza Rodríguez, presidenta de la Comisión de Educación de la REF, y a Soledad Hernández, profesora interina de Instituto), la ministra desgranó en el Parlamento algunos de sus propósitos. Habló de introducir como obligatoria una asignatura llamada Valores cívicos y éticos. Se olvidó de Filosofía.

En un artículo que enviaron a EL PAÍS, Guerra y Rodríguez celebran aquella iniciativa en torno a los valores y la ética, pero “alertan de la necesidad de no incurrir en errores pasados” e instan a "la implementación de la asignatura (...) en el currículo de educación secundaria".
 Compromiso de Sánchez
La REF le recuerda también a la ministra que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “se comprometió a restituir la Filosofía al lugar que le corresponde”. Lo dijo en uno de los encuentros Salvemos la Filosofía que forman parte de la ofensiva nacional para que la asignatura vuelva al currículo.

¿Y por qué es tan importante que se enseñe Filosofía? María José Guerra responde: “Privar a los estudiantes de la educación en Filosofía significa borrar una parte de nuestros orígenes culturales. No es solo una cuestión crucial para las humanidades sino también para los bachilleratos científicos, tecnológicos o artísticos. En el siglo de la posverdad, los algoritmos y la robótica, se requiere una reflexión sobre la gran desorientación que causan los cambios tecnocientíficos. La filosofía articula las competencias ciudadanas: la argumentación, el debate, no son posibles sin filosofía".

Soledad Hernández: “Sin Filosofía no hay juicio crítico. Es lo que aporta la Filosofía en Secundaria: las herramientas necesarias para crear un buen ciudadano. Aprender a argumentar con el otro de manera que el argumento no sea una confrontación sino un diálogo”. Esperanza Rodríguez: "La Filosofía hace que los estudiantes aprendan a hacerse preguntas sobre su comportamiento, lo que es preferible y desechable. Conduce a sentir que pensar no es cosa de locos, sino de ciudadanos conscientes. La adolescencia es el momento de las preguntas, y es el momento en que los chicos deben moverse con autonomía de pensamiento. ¿Y quién no quiere una ciudadanía así?”.

Desapareció la Filosofía del Bachillerato en 2012, dice Guerra, “por la colonización de una ideología meramente empresarial, que afectó no solo a la educación sino también a la sanidad. El neoliberalismo y el neconservadurismo, que dictaron la destrucción de la conciencia crítica y apostaron por los valores tradicionales y por colocarlos al margen del sentido crítico". La REF está en contacto con otras redes mundiales, en Latinoamérica, en Estados Unidos, en el Reino Unido, "y allí", dice Guerra, "nos encontramos con problemas similares. Es un desastre global".

A eso alude el más activo de los filósofos, Fernando Savater. "La filosofía es la tradición occidental (democrática, si se prefiere) por la que se conservan de modo racional y laico las grandes preguntas de la vida que antes solo tenían cabida en la religión. Son preguntas no instrumentales (no buscan encontrar cosas o fabricar herramientas) sino mantener abierta la cuestión insoluble del sentido de la vida humana, del bien y del mal, la perpleja angustia de la muerte. Yo creo que los estudiantes tienen que insertarse en esa tradición y enterarse de que no solo importa saber datos y ganar dinero. Desgraciadamente, la filosofía desaparece del bachillerato no solo en España sino en toda Europa: solo permanece en Francia e Italia, en los demás países se ha refugiado en la Universidad (Alemania) o ni eso (anglosajones, países nórdicos…) Ah", añade Savater, "y la inquina contra la inútil filosofía en este país viene de más atrás, no es cosa de Wert… Ahora se expresa llamando filosofía a una especie de manual del guerrillero moderno (de donde vienen los teóricos de Podemos, Marina Garcés, etcétera…). Para eso, francamente, más vale que desaparezca de una vez".
Esperanza Rodríguez escuchó decir, en las reuniones ministeriales que dieron fin, en la era Wert, a la enseñanza de la Filosofía como asignatura obligatoria del Bachillerato, que "la filosofía no sirve para nada". Con esa filosofía, creen ella y sus compañeras, se acabó con la disciplina. Fue, según Guerra, una consecuencia más "de los recortes en toda la educación pública, que dio de sí una ley que potencia las desigualdades y buscaba la bifurcación de los estudiantes desde edades muy tempranas". E iba en contra, sobre todo, de la apuesta por el atrévete a saber que proclaman maestros como Emilio Lledó e incluso ministros actuales, como José Guirao, el titular de Cultura. 
En su artículo común sobre el olvido creciente de la filosofía en el currículo, María José Guerra y Esperanza Rodríguez le dicen a la ministra Celaá: "No dejemos, por favor, esta asignatura para septiembre". Ellas y sus compañeros esperan en pie de guerra.
TEMOR Y DESDÉN
Ángel Gabilondo, filósofo. “La capacidad de pensar compete a todas las materias. Nos enseña a abordar la creación de ideas y a mostrar espíritu crítico, a ejercer la libertad de pensamiento. La filosofía es imprescindible para no tener una idea dogmática o abstracta de los conceptos. Debe estar por ello en el currículo, claro que sí”.
Manuel Cruz, filósofo. "Probablemente resulte un tanto presuntuoso en estos tiempos que nos ha tocado en suerte vivir afirmar, como hacen algunos, que los poderosos de diferente tipo que pueblan nuestra sociedad le tienen miedo a la filosofía, debido a la carga que ella contiene de inteligencia crítica y de capacidad de impugnación del orden existente. Quizá describa mejor la consideración de lo filosófico que tales poderosos albergan sostener que lo ven como algo perfectamente prescindible. No es, por tanto, un rechazo que nazca del temor, sino del desdén. Desprecian cuanto ignoran, como sin duda hubiera dicho nuestro poeta. Pero no es cuestión de que, frente a las inconsistencias de aquellos, la filosofía ofrezca ámbitos de certeza incontrovertible o de fundamentación incuestionable para nuestras creencias. La filosofía no está para garantizar la verdad, sino para protegernos de la(s) mentira(s), en cualquiera de sus formas, de la más elaborada a la más banal. Probablemente bajo esta clave pueda ser interpretado el formidable esfuerzo que representa la historia de la filosofía en su conjunto, y por lo que consideramos fundamental que nuestros jóvenes la conozcan: porque constituye el sostenido empeño, por parte de todos aquellos pensadores que se han aplicado a lo largo de la historia a reflexionar con la mayor lucidez posible, en desvanecer las cambiantes nubes de engaño y oscuridad en las que el ser humano, desde sus orígenes, ha estado envuelto. Por supuesto que hoy nos envuelven las nuestras, como a nuestros antepasados les envolvieron las suyas. Pero el denominador común de los grandes filósofos siempre ha sido, aunque cada cual lo dijera con sus propias palabras, la pulsión por acreditar que no hay nada más práctico que una buena teoría. Porque permite mostrar lo que nuestro mundo tiene de construcción, de artificio, de producto humano y, en esa medida, en demasiadas ocasiones, de engaño social organizado que venimos obligados a combatir. Si todavía nos importa eso de ser libres."
Argelia Queralt Jiménez, profesora de Derecho Constitucional y escritora. “La filosofía en las escuelas e institutos y, en general, un acercamiento siquiera somero a las ciencias sociales, aporta enormes ventajas a la maduración intelectual de nuestros chicos y chicas. Se destacan ahora tres beneficios estrechamente relacionados entre ellos. No sentirse raros: la filosofía, entendida como estudio de las grandes preguntas de la vida, acerca a nuestros jóvenes a otras personas que antes que ellos ya se plantearon cuestiones como la vida y la muerte, el miedo a lo extraño, la fe, el amor, etc. Capacidad crítica: les dota de elementos para analizar críticamente la realidad, permitiéndoles identificar y seleccionar los contenidos útiles para el debate de entre la ingente cantidad de datos a la que tienen acceso con tan solo un clic. Distancia y paciencia: les ayuda y acostumbra a plantearse desde una cierta objetividad y serenidad los hechos que les envuelven porque, en definitiva, la filosofía ayuda a pensar, no a reaccionar”.
Nilo Casares, profesor de Filosofía y crítico de arte. “El problema de las penurias de la ley Wert no es solo español, la situación en México es igual de mala, no menos que en los Estados Unidos de Norteamérica, u otros de habla hispana. La ley Wert es de 2012, pero unos años antes aparece el primer iPhone, teléfono que posee dos características principales, una primera es la de utilizar como interfaz una pantalla plana (esto es de máxima importancia) y la segunda, estar enriquecido con circuitería electrónica que lo eleva a rango de ordenador. A partir de este telefonito, en España todos serían calificados como inteligentes, no así en otros países, en donde smart solo es eso, enriquecido con un chip. El hecho de calificarlo de inteligente hace que el usuario delegue la capacidad de decisión en el aparatito y deje de emplear su propia inteligencia como tal. Esta es la utilidad del cacharro en cuestión, aplanar al ciudadano, y consigue hacerlo, y ahí lo espléndido del logro, en un contexto de investigación aeroespacial que nos impide asumir la planitud de la tierra, que es en donde hemos vuelto a vivir, de la misma manera que en estados unidos consiguen que las escuelas vuelvan al creacionismo y se desdigan del evolucionismo, pues en idéntica medida los chicos de Silicon Valley, cuyo único modelo de riqueza es la del ganador se lo lleva todo, han instaurado la tierra plana después de su circunvolución por parte de la Corona de Castilla, pero eso sí, nos han dejado el resquicio de permitirnos el sabor de la navegación, apple o android, como antes pudimos elegir entre Windows o Mac. Lo que quiero decir con esto es que la eliminación de la Filosofía de los planes del Bachillerato no es más que el intento de consolidar la planitud de la tierra en unos tiempos en que el usuario no sale de la pantalla, plana, de su dispositivo. ¿Y para qué lo tiene ahí encerrado? Para producir datos a coste cero para las empresas de Silicon Valley, datos con los que ellas comercian y se enriquecen a cuenta de dotarte de algunos servicios gratuitos, cuales son los distintos nichos ecológicos de los que ellas no te permiten salir, al tenerte todo el día con el dedito sobre la pantalla y los auriculares incrustados en tus oídos”.

Una asignatura pendiente: la filosofía en la secundaria

Las autoras escriben sobre la preocupación que se extiende en la comunidad filosófica española sobre los planes académicos futuros acerca de la materia

MARÍA JOSÉ GUERRA / ESPERANZA RODRÍGUEZ

El miércoles conocíamos la batería de medidas con las que el Ministerio de Educación quiere desactivar los elementos más controvertidos de la LOMCE. La Red Española de Filosofía (REF) ha estado movilizada, incesantemente desde su promulgación, contra dos de los aspectos de esta Ley: -la eliminación de la Historia de la Filosofía como asignatura obligatoria en 2º de Bachillerato y -el hecho de que el alumnado no tuviera acceso, en condiciones de igualdad, a la formación ética y cívica. Asimismo, hemos criticado, con determinación, que la LOMCE, en convergencia con recortes draconianos, abundaba en la inequidad y la segregación y erosionaba la escuela pública.

La ministra Celaá anunció en su comparecencia la introducción de una asignatura obligatoria para todo el alumnado con el nombre de “Valores cívicos y éticos” que recoge la aspiración de la comunidad filosófica española de una formación integral, igualitaria e inclusiva en ética y competencias ciudadanas. La REF, sin embargo, alerta de la necesidad de no incurrir en errores pasados, en cuanto a la implementación de la asignatura, para asegurar su carácter vertebrador tal y como recomiendan las directivas europeas y la UNESCO, en el currículo de Educación Secundaria. El profesorado de Filosofía es el más indicado, dada su cualificación, para abordar los contenidos y el desarrollo de las competencias de una asignatura que contemple núcleos temáticos relacionados con la ética individual y pública, con la igualdad, la equidad y la justicia social, así como con la enseñanza de los marcos normativos de los Derechos Humanos y la Constitución.

Sin embargo, al mismo tiempo, la preocupación se extendía en la comunidad filosófica española, y en gran parte de la ciudadanía que ha participado en las campañas de “Salvemos la Filosofía”, por no encontrar referencia a la restitución de la Historia de la Filosofía como asignatura obligatoria en el Bachillerato que, recordamos, contaba con el consenso de todas las fuerzas políticas en la mesa del malogrado Pacto Educativo. La REF mantiene que la vuelta a la situación anterior a la LOMCE es fundamental, y así lo defendió, en su momento, la misma ministra de Educación, en el Parlamento de Euskadi, al reaccionar con prontitud contra la LOMCE y defender una Proposición No de Ley que instaba a utilizar el margen autonómico para no abandonar aspectos fundamentales de la LOE. Asimismo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió públicamente a restituir a la Filosofía en el lugar que le corresponde cuando se le preguntó a este respecto en el contexto de la campaña de “Salvemos la Filosofía”. Desde la promulgación de la LOMCE la mayoría de las Comunidades Autónomas han utilizado su margen de actuación para garantizar la obligatoriedad de la Historia de la Filosofía en todas o casi todas las ramas del Bachillerato. El dato anterior evidencia la necesidad que estamos planteando y la REF ha sido un elemento activo en estos avances, a través de negociaciones en todos los territorios del Estado. El objetivo ineludible es restituir a la Historia de la Filosofía su carácter común y extender su obligatoriedad.

Queremos argumentar, en lo que sigue, a favor de por qué la vuelta a la Historia de la Filosofía, en el marco de un ciclo formativo que fuera de 4º de la ESO a 2º de Bachillerato, es urgente y necesaria como elemento ineludible de un sistema educativo de calidad que confronte los retos sociales del presente y el futuro.
La Historia de la Filosofía, en primer lugar, remite al legado de las corrientes de pensamiento que han construido nuestra idiosincrasia europea. Al eliminarla para una gran mayoría del alumnado es obvio que los orígenes griegos de nuestra civilización, el Renacimiento, las Revoluciones científicas o la misma Ilustración –origen de las democracias modernas- no serán referentes accesibles para los futuros profesionales ni servirán de marco inspirador para el ejercicio de la ciudadanía. Esta pérdida del hilo genealógico nos conduce a fomentar una anomia social, una desorientación, que, en el contexto de los retos de la era digital, no podemos seguir permitiéndonos. Sin el acervo filosófico y humanístico, además, difícilmente, una persona puede considerarse culta e instruida y esto lastra su acceso a los bienes culturales tal y como ha expresado con claridad el actual Ministro de Cultura José Guirao. No debemos desoír las advertencias del filósofo Emilio Lledó a este respecto y privar del Sapere Aude, del “Atrévete a saber”, a las jóvenes generaciones.
En segundo lugar, el ciclo formativo en Filosofía, que debe ser articulado en tres asignaturas y cursos consecutivos, es imprescindible para el desarrollo de competencias básicas de análisis lógico, argumentación y pensamiento crítico. En este sentido, la REF ha auspiciado la celebración exitosa de cinco ediciones de la Olimpiada Filosófica de España, la última en Extremadura y dedicada a pensar sobre Revolución y Utopía, que fomentan la Disertación, la dilucidación de Dilemas morales y que han incluido, además, el reto del embate de los medios audiovisuales en las modalidades de Fotografía y Video filosófico como muestra de innovación educativa. La Educación Secundaria no puede seguir viendo mermada su función central de ser Escuela de Pensamiento. Como reitera la UNESCO, la Filosofía es una Escuela de Libertad.
Hemos constatado, finalmente, que la apuesta por la especialización y la profesionalización temprana se ha estrellado estrepitosamente contra la realidad, como ya advertíamos. Ante la llamada Cuarta Revolución Industrial – que conjuga Inteligencia Artificial, Automatización y Robótica- el mercado de trabajo está sufriendo transformaciones decisivas que exigen una formación integral que fomente las capacidades para el aprendizaje permanente a lo largo de la vida. No hay disciplina que prepare mejor que la Filosofía para la renovación y el cambio consciente tanto en la vida personal como en la laboral y profesional y, más aún, en esta vertiginosa y frenética era digital. Asimismo, frente a la irrupción de la denominada posverdad en la esfera pública, el entrenamiento que se proporciona en las disciplinas filosóficas en el interrogar incisivo, la duda metódica y el escepticismo prudente-– desde Sócrates a Descartes y a Hume- son hoy un requisito ineludible si no queremos que la democracia sucumba ante los cantos de sirena de la manipulación mediática que reverbera en las redes sociales. Si hay que invocar a Kant, en este convulso siglo XXI, es, sobre todo, por su formulación de la Crítica del Juicio, del ejercicio del discernimiento, que debe ser el modus operandi de todo ser humano que aspira a pensar por sí mismo y a construir una sociedad decente y justa.

Solicitamos, por tanto, que se anuncie, cuanto antes, la vuelta de la Historia de la Filosofía al Bachillerato como asignatura obligatoria. Solo así se complementará el ciclo que tendrá como objetivo la formación integral de nuestras jóvenes generaciones con el fin de prepararlas para un siglo XXI que nos aguijonea con viejos y nuevos retos civilizatorios. No dejemos, por favor, otra vez, esta asignatura para septiembre.

María José Guerra, Presidenta de la REF y Catedrática de Filosofía Moral de la Universidad de La Laguna
Esperanza Rodríguez, Presidenta de la Comisión de Educación de la REF y Profesora de Filosofía en el Instituto Margarita Salas de Majadahonda.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Amauta: La revista que enseñaba





EXPOSICIÓN EN LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA
Amauta: La revista que enseñaba
¿Qué tienen que ver un tren al sur, una revista limeña nonagenaria y un centro minero para hablar de la educación en el Perú? Una exposición determina estos hilos alrededor de la figura de José Carlos Mariátegui
 Tomado de:
29/4/2018



José Vadillo Vila
jvadillo@editoraperu.com.pe
A inicios del siglo pasado, los proyectos periodísticos-literarios tenían la impronta de cambiar el mundo. Hoy solo se piensa en Netflix y en seguir las “tendencias” que imponen las redes sociales.

Las élites intelectuales no estaban alejadas ni de los compromisos educativos ni de los engranajes que movían los obreros en las fábricas a fuerza de brazos.

Ese hito articulatorio de intelectuales, artistas con intereses por modernizar el país, se llamó Amauta, un mensuario vital, que desde 1926 dirigió y publicó José Carlos Mariátegui (1894-1930). Le bastaron 32 números (los últimos tres bajo la dirección de Ricardo Martínez de la Torre) para ser referente. Fue “el escenario” de la intelectualidad de su tiempo.
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Una antediluviana imprenta Export recibe al visitante en la primera planta de la Casa de la Literatura Peruana, a pie juntillas de la biblioteca Mario Vargas Llosa, mientras el ferrocarril despierta a los durmientes y los turistas toman fotos de Lima y su cerro San Cristóbal.

Esa máquina de la casa Nebiolo & Comp-Torino la instalaron los hermanos Julio César y José Carlos Mariátegui La Chira para su imprenta Minerva. De sus rodillos salieron tanto los números de la revista Amauta como los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, aquella vitalidad de libro que cumple 90 años este 2018.

En la Caslit se expone, por estos días, la muestra Un espíritu en movimiento. Redes culturales de la revista Amauta, lo cual permite conocer la importancia de esta publicación y la red que desarrolló, en la que sumó nombres claves. Sus vasos comunicantes se afianzaron en ciudades importantes para la intelectualidad de ese tiempo: Junín, Puno, Cusco, Arequipa, Lima.

Por medio de las misivas se puede comprobar esa relación de Mariátegui con intelectuales como Valcárcel, Magda Portal, Gamaliel Churata, artistas plásticos como José Sabogal, Julia Codesido, Diego Kunurana y Julio Gutiérrez. Educadores como José Antonio Encinas, Emilio Vásquez y Julio Acurio, y los obreros sindicalistas Julio Portocarrero, Adrián Sovero, Gamaniel Blanco.

Mariátegui prologó Tempestad en los Andes (1927) de Valcárcel, quien, como muchos de los aliados estratégicos, vendía Amauta en su jurisdicción. Valcárcel estaba en Cusco, pero tenía nexos en Argentina y Bolivia, donde presentó con la Misión Peruana de Arte Incaico (1924-1925) espectáculos de teatro y música, y conferencias. En una carta de 1925, desnuda a Mariátegui el norte de su labor: “Estoy en el empeño de demostrar dos cosas: primero, el altísimo valor de la cultura inca junto a las grandes culturas del globo; segundo, la supervivencia del incario sin el inca”.

Lazos comunicantes. En Puno, Gamaliel Churata escribía y distribuía Amauta, y, a la vez, se reproducían artículos de Mariátegui en el boletín Titikaka, que editó el hoy reconocido grupo Orkopata, cuyo norte se atisbaba en similar línea genérica a la de Valcárcel: potenciar la fuerza telúrica del indígena.

“No tiene usted que agradecerme por la colaboración que presto a Amauta y Minerva. Cuando los hombres se reúnen con fines humanos, la colaboración es obligatoria y entonces el agradecimiento sobra”, escribió Churata a Mariátegui en una carta de 1926.

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En el documental Rompiendo las distancias, de la realizadora Berenice Tello, el académico Víctor Mazzi recuerda cómo el centro minero de Morococha fue tan importante para la intelectualidad peruana reunida en Amauta, al igual que la obrera Ate-Vitarte, en Lima.

El ejemplo de Amauta les permitió desarrollar tanto un modelo de prensa obrera como la formación de lo primeros “centros escolares obreros” con “espíritu autodidáctico”: cada campesino-obrero aportaba 40 centavos para crear esta escuela y pagar a los maestros de sus hijos se eduquen (recién en tiempos de Centromín la pagó la patronal).

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Espíritu democrático. Mariátegui mantuvo correspondencia con el poeta-obrero Augusto Mateu Cueva, el editor y librero jaujino Max Pecho, los obreros publicaban en las revistas Amauta y Labor (quincenario de ocho páginas que editó 10 números, entre noviembre de 1928 y setiembre de 1929; fue cerrado por el autócrata Augusto B. Leguía).

¿Y qué tiene que ver el ferrocarril de la Ciudad Blanca? Observe que los ejes de Amauta son con el sur, ¿por qué? La avanzada intelectual se encontraba allá. El investigador Juan Alberto Osorio recuerda que las ideas vanguardistas llegaron primero al sur del país, por la influencia de Buenos Aires y Montevideo. Las ideas viajaban a caballo, en autos y ferrocarril. He ahí el progreso.

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Es bueno escuchar puntos divergentes. El académico sanmarquino Jorge Valenzuela revisó Amauta con otros ojos, y acaba de presentar en Cuba una ponencia sobre cómo Mariátegui construyó nuestro canon indigenista con un “prejuicio” hacia los escritores ajenos a la esfera del socialismo. Así, “sepultó” para la posteridad a Ventura García Calderón, por ejemplo.

Esa mirada de Mariátegui, que resalta la justicia popular andina que construye Enrique López Albújar en el cuento Ushanan Jampi, aunque el tratamiento que da a los indios el autor de Matalaché es de seres inferiores, es injusta porque el canon que construyó Mariátegui ha formado a la crítica literaria de los cuarenta, cincuenta y sesenta, dejando de lado a autores, dice.

lunes, 28 de mayo de 2018

viernes, 18 de mayo de 2018

Bicentenario del natalicio de Karl Marx



A DOS SIGLOS DEL NATALICIO DE KARL MARX: VIGENCIA DE SU SISTEMA FILOSÓFICO.*
Víctor Mazzi Huaycucho
Hamut'aq, Grupo de Estudios Filosóficos

I
n este homenaje al bicentenario del natalicio del “viejo” Marx, quisiera empezar señalando que reflexionaré brevemente de lo que tanto Karl Marx y Frederic Engels han aportado a la filosofía como disciplina rigurosa, sistema filosófico que hasta hoy causa adhesión, por la actualidad de sus predicciones y/o consecuencias sobre el capitalismo, en el desarrollo de la humanidad. Recuérdese hace pocos años la revista Time reconoció que Marx no se equivocó al señalar el carácter estructural de las crisis económicas en el capitalismo, motivo de una discusión sobre economía en crisis en el encuentro de Davos.

En esta ponencia trataré de apartarme de las habituales exégesis y eslóganes a los que se han acostumbrado quienes han pretendido “interpretar” la obra de Marx y Engels, quienes finalmente terminan convertidos en artículos de fe (en lo que llamo «marxismo confesional») y sus obras más trascendentes (El Capital, Contribución a la crítica de la Economía política, Miseria de la filosofía, Manifiesto Comunista, entre otros muchos) se elevan como dogmas irrebatibles conteniendo “verdades absolutas”. También deseo marcar distancia con los ataques exacerbados contra la obra y el pensamiento de Marx, sobre todo, en aquellos discursos provenientes del «racionalismo crítico», pretendiendo que Marx fuera un “profeta” y que sus teorías se reducían a un “determinismo histórico” de condición acientífica, señalando que: «el marxismo, la forma más pura, más desarrollada y más peligrosa del historicismo, de todas las que hemos examinado hasta ahora».

Suscribo que la obra de Marx no puede reducirse a «eslóganes» y debe estudiarse mucho más, hay que desmitificar el pensamiento de Marx como un «icono inerte» y estudiarlo en su real dimensión: el creador de un sistema filosófico que permite analizar las condiciones materiales en los que se desarrollan las clases sociales y su dinámica de evolución y desarrollo.

Ante la profusión de seguidores “críticos”, intérpretes y exégetas, elegiré una idea que propuso el primer marxista “convicto y confeso” en el Perú –José Carlos Mariátegui,-, quien había alertado en 1930, la incorrecta actitud de muchos al leer a los "intérpretes" y "exégetas", pero no la obra del mismo Marx. Escribe:
"La verdadera imagen de Marx no es la del monótono materialista que nos presentan sus discípulos. A Marx hace falta estudiarlo en Marx mismo. Las exégesis son generalmente falaces. Son exégesis de la letra, no del espíritu".
Esta advertencia refiere a quienes creen saber de Marx leyendo a sus intermediarios y no al mismo autor. En su mensaje al II al segundo congreso obrero de Lima (1927), Mariátegui señalaba el potente uso como herramienta teórica del pensamiento de Marx:
“Hay que despojarse radicalmente de viejos dogmatismos, de desacreditados prejuicios y de arcaicas supersticiones. El marxismo, del cual todos hablan pero que muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden, es un método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad en los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la historia. El marxismo, en cada pueblo, en cada país, opera y acciona sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades.”
Sospecho después de enunciado dicho criterio, aún hoy muchas generaciones de jóvenes tienen simpatías personales de adhesión al pensamiento de Marx sin comprender cuál es su esencia en la construcción del sistema y cómo puede resultar una metodología útil, una herramienta para el análisis reflexivo y para la acción consecuente. Aunque constato que muchos «marxistas empíricos» prefieren «la acción» y menosprecian la teoría que puede guiarla.

Time reconoció que Marx no se equivocó al señalar el carácter
 estructural de las crisis económicas en el capitalismo
II
La tradición filosófica alemana ha fundado un conjunto de sistemas, todas se reclaman como continuadoras de la tradición filosófica surgida en la Grecia del Siglo VI A.N.E. Cuya cúspide más elevada son los sistemas de Immanuel Kant (la razón) y GFW Hegel (la dialéctica].

Tanto Karl Marx como Frederic Engels pertenecían al ala de “izquierda” de los jóvenes hegelianos. Ambos manifiestan que pusieron “patas arribas” el sistema hegeliano, rescatando todo la dialéctica como soporte de su nuevo sistema. Engels en el prólogo a Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana señala el origen de la rebelión:
En Hegel, la verdad que trataba de conocer la filosofía no era ya una colección de tesis dogmáticas fijas que, una vez encontradas, sólo haya que aprenderse de memoria; ahora, la verdad residía en el proceso mismo del conocer en la larga trayectoria histórica de la ciencia, que, desde las etapas inferiores, se remonta a fases cada vez más altas de conocimiento, pero sin llegar jamás, por el descubrimiento de una llamada verdad absoluta, a un punto en que ya no pueda seguir avanzando, en que sólo le reste cruzarse de brazos y sentarse a admirar la verdad absoluta conquistada” (pág. 11)
La idea del desarrollo funda una condición relativa de la filosofía y la estructura de toda teoría del conocimiento y epistemología: “no hay sistema absoluto” que pretenda ser la última versión del conocimiento, cada vez resulta una aproximación al objeto que cambia constantemente.

La filosofía de Marx y Engels rescata lo primordial del sistema hegeliano: El método dialéctico. La idea del progreso mediante una dualidad de contrarios en pugna provenía del efesio Heráclito. La diferencia con el sistema hegeliano provenía de la adopción de una postura materialista que reconoce a la naturaleza como lo realmente existente, mientras que en Hegel la naturaleza se reduce a una degradación de la “idea absoluta”.

Señala Engels, que “El gran problema cardinal de toda la filosofía, especialmente el de la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser.” Si bien esta idea ya la había planteado Parménides siglos antes, plantea un esquema del proceso del conocimiento y de las condiciones en las que se puede establecer un criterio de certeza en las teorías que van emergiendo producto de esta relación. La identidad entre el pensar y el ser implica una variedad de respuestas a las preguntas que Engels había planteado:"¿Qué relación guardan nuestros pensamientos acerca del mundo que nos rodea con este mismo mundo? ¿Es nuestro pensamiento capaz de conocer el mundo real; podemos nosotros,  en nuestras ideas y conceptos acerca del mundo real, formarnos una imagen refleja exacta de la realidad?" (p. 20)

Precisamente la negación de la existencia de verdades absolutas proviene de esta condición que oscila entre el progreso y el relativismo del conocimiento. Si bien establece una problematización entre pensar y ser, su forma dual espíritu o naturaleza, correspondía que en la elección de la condición ser dividiera los campos de la filosofía entre «idealistas» y «materialistas». El mundo real es cognoscible, la formación del pensamiento debe reconocer el mundo “exterior”.

El defecto del materialismo de Feuerbach –sostuvo Marx en 1845- es que concibe las cosas, la realidad, la percepción «bajo la forma de un objeto o de contemplación». Es decir las cuestiones de prueba del conocimiento verdadero, como problema y camino de investigación es que si al pensamiento humano «se le puede atribuir una verdad objetiva», lo que nos conduce a una resolución «práctica».  En la segunda tesis sobre Feuerbach, coincide con la tradición empírica inglesa, y antecede al pragmatismo: «Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento». Sobre esta condición cognitiva, nos conduce a la tesis 11: «Los filósofos no han hecho más que interpretar [contemplar] de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo».

En la onceava tesis va a crear una nueva condición del filósofo: no sólo puede ser contemplativa y académica, debe ser acción, mundana en su despliegue. A la idea de una filosofía en la acción y para la acción, considera una condición básica: el reconocimiento que la realidad cambia, pero el cambio debe ser también modificación expresa en la acción humana. Transformar implica crear las condiciones “materiales” en la cual el cambio indique una dirección, no es “acción ciega” sino una dirección en el que los actos y la acción sean dirigidas por una teoría coherente y la autoafirmación de cómo debe concebirse dicha «acción».

III
¿Por qué sigue vigente el sistema y la doctrina de Marx? Pregunta que se ha respondido desde distintos ángulos e intereses. El diagnóstico de la sociedad de su época –el capitalismo inglés en consolidación- y las propuestas desde una sociología que funda una actitud sobre el poder, en el proletariado, clase social emergente, debe proponer un programa político que resuelva las condiciones de vida de la clase obrera. La vieja idea sobre justicia debía absolver el problema de la “justicia social”, del anhelo de equilibrar las relaciones productivas y crear una condición de bienestar. A esta condición de justicia muchas veces se le ha llamado “utopía”, en realidad para lograrlo requiere la asunción de un programa político donde se apliquen todas las consideraciones del ascenso y captura del poder para lograr tal condición de justicia. 

La idea de una condición individual del sujeto como necesidad de confrontar el problema se eleva por lo que se denomina “conjunto social”, “clase social”. La vigencia del pensamiento de Marx hay que buscarla justamente en alcanzar dicha justicia social. “Ley social” es una forma de englobar las condiciones materiales que rigen el conjunto social, expuesta en el prefacio de Contribución a la crítica de la economía política. Las condiciones materiales dentro de una Formación Económica Social, la cual moldea el pensamiento, pero a su vez dicho pensamiento en acción va erosionando dichas condiciones materiales buscando mejorar y transformar la condición en la que se encuentran. 

La economía permite comprender dichas vicisitudes del problema, aunque muchos han reducido el sistema de Marx a una condición sólo económica, lo cual es un error. (El "homo economicus”). Como sistema, Marx aplicó un conjunto de estudios de distintas fuentes para entender el proceso, no se redujo al estudio sólo económico, sino lo integró con la historia, filosofía, estadística, antropología…. Por eso se le considera como estudio interdisciplinario, tal como puede en su obra magna: El Capital.

IV
Concluyendo, Uno de los aportes más significativos en la filosofía del siglo XIX, fue la creación de un sistema propio para estudiar la realidad, componiendo una teoría del conocimiento que sentó las bases de una epistemología que se desarrollará en el siglo XX, guiado por un método (dialéctico) que permitió comprender el movimiento de la naturaleza y el pensamiento.

La Cantuta, 17 de mayo 2018.

·         * Ponencia leída en: A dos siglos de Marx. Conferencia en conmemoración del bicentenario de su nacimiento. Jueves 17 de mayo. Organizado por el Prof. Raúl Torres Tello y estudiantes de Filosofía y Psicología, con el apoyo de Hamut’aq, Grupo de Estudios Filosóficos. Universidad Nacional de Educación, La Cantuta. Se han agregado algunos párrafos respecto al original leído.


jueves, 3 de mayo de 2018

Terrorismos, democracia y debate de ideas


Tomado de: Diario UNO 29/4/18. Pág. 12

on ocasión de la liberación de dos dirigentes senderistas, luego de haber cumplido sus penas, acabamos de ver a la democracia peruana tal como es: una caricatura. Para el coro de ángeles que anida en los medios de comunicación tan sólidamente cómplices de la verdad oficial, terroristas son solo los senderistas y, demócratas, los militares, fujimoristas, apristas, acciopopulistas, y demás beneficiarios de las elecciones cada cinco años. Punto. Nada más.

Nadie dice una palabra sobre el modo democrático de gobernar, porque los jefes, caudillos, y cabecillas de bandas para delinquir que dirigen los llamados partidos y las coaliciones electorales no aprendieron nunca a ser demócratas, y tienen poco o nada que enseñarnos sobre la democracia.

Lo mismo ocurre con los dueños de empresas grandes medianas y pequeñas de todo tipo, también con los rectores de universidades directores de colegios de secundaria y primaria, salvo algunas raras excepciones.

Si la democracia es solo el fruto de las elecciones, se trata de una democracia incipiente, raquítica, y llenen ustedes lectoras y lectores el mismo casillero con otros adjetivos calificativos como “de baja intensidad”, “precaria”, etc. Como ejemplo lejano, piensen en los países nórdicos (Suecia, Noruega, Finlandia), aunque la comparación nos duela y avergüence.

1. Terroristas son los que matan a personas inocentes haciendo explotar bombas, disparando a mansalva, para sembrar el terror y que todos tengan miedo del peligro que corren si se oponen a los cobardes disfrazados de valientes. Terroristas han sido los senderistas, por supuesto, sin duda alguna. También Alberto Fujimori y su gemelo Montesinos, y los oficiales y soldados de las fuerzas armadas que llenaron tumbas abiertas con centenares de cadáveres de indígenas en Huanta. Basta ver el Informe final de la Comisión de la Verdad y el libro de Ricardo Uceda Muerte en el Pentagonito para tener las pruebas de lo que afirmo. Hay, pues un terrorismo de Estado, oficial y otro, de las organizaciones políticas que en su desamparo de imaginación apelan a la violencia indiscriminada como recurso para tratar de lograr sus objetivos. De los viejos y heroicos guerrilleros del tiempo del Che no queda nada.

2. Los militares están convencidos de que todo lo que hicieron fue para defender a la democracia. Ni la Constitución, ni ley peruana alguna autorizan a degollar, torturar, violar y matar a peruanos y peruanas para defender la democracia. Recuerden a Alberto Fujimori caminando feliz entre los cadáveres de los emerretistas muertos. Uno de los integrantes del Comando militar que liberó a los rehenes de la residencia del embajador japonés, declaró que le gustaría que los peruanos viéramos a los miembros de ese comando como a “héroes de la democracia”. Galarreta, el Presidente del Congreso fujimorista pidió desde su extraordinaria ignorancia una ley para borrar los juicios que se sigue a los militares por sus crímenes y delitos.
3. Si la democracia supone el respeto del llamado Estado de Derecho, o mundo de las leyes, debiéramos aceptar que los presos salgan de la cárcel al cumplir sus condenas, sean quienes sean. Si los falsos demócratas piden que mueran en la cárcel, es porque solo creen en la ley del embudo.

4. Alberto Fujimori, uno de los grandes terroristas del país, anunció el año 2,000 la derrota de sendero y reclamó para sí el mérito de esa derrota. Desde ese mismo año, todo el Perú oficial muestra su miedo por el “temible” y “posible” “renacimiento de los senderistas”, que no tiene por dónde aparecer. (Viene desde 1532 el histórico miedo limeño, y peruano por extensión).

El ejército dejó unas columnas senderistas en Viscatán para reclamar después más dinero, armas y normas legales favorables para combatirlos. Los senderistas ya no ponen bombas, no destruyen hidroeléctricas ni convocan a paros armados, solo aparecen de vez en cuando a través del llamado MOVADEF para pedir la libertad de Abimael Guzmán, una ley de amnistía general y su deseo de participar en elecciones.

5. Los senderistas no vieron ni quisieron ver en 1980 que las tomas de tierras de 1962 y las reformas agrarias posteriores le habían roto ya el espinazo a los terratenientes y gamonales. Tampoco se dieron cuenta que prohibir a los campesinos e indígenas llevar sus productos a la feria de Lirio en Huanta era un error monumental, lo mismo que creer que la comunidad campesina era parte del Estado burgués y que por eso estaría atravesada por la lucha de clases, lo que los condujo a asesinar a campesinos por haber sido nombrados gobernadores, tenientes gobernadores, alcaldes o tenientes alcaldes. El resultado fue muy simple: sus iniciales colaboradores se convirtieron en enemigos.

6. El MOVADEF no aprende ninguna de las lecciones que dio la realidad a Sendero Luminoso. Mantuvo el llamado “pensamiento Gonzalo” como línea política inamovible al mismo tiempo que Abimael Guzmán no creía más en la guerra y anunció que lo nuevo y fundamental sería su libertad personal y la amnistía política general. Cree que puede participar en las elecciones sin reconocer su derrota. En Colombia los guerrilleros de las FARC entregaron sus armas, pidieron perdón y ahora buscan votos.

7. La lucha ideológica contra Sendero comenzó antes que aquel comité regional de Bandera Roja en Ayacucho se convirtiera en Sendero Luminoso, en 1971. Sería útil que los servicios de inteligencia revisen sus archivos. En 1971, cuando fui invitado a la Universidad de Huamanga a presentar mi libro A propósito de la economía predominantemente capitalista del Perú, los senderistas amenazaron colgarme en la higuera del patio, me calificaron como revisionista agente del imperialismo, cobarde y pequeño burgués, por el atrevimiento de sostener en una tesis doctoral de Antropología en San Marcos, que todas las organizaciones maoístas de la izquierda peruana así el Partido Comunista y el “MIR cuarta” no habían investigado la realidad y repetían sin prueba alguna el viejo discurso del Perú feudal o semi feudal. En algunas reuniones de base del SUTEP se llegó al extremo de aprobar el carácter feudal del país por mayoría de votos. Hoy, a nadie se le ocurre repetir que el feudalismo es más importante que el capitalismo.

8. Si se aprendiese las lecciones de la realidad, se tendría menos miedo, y se asumiría una batalla en serio por la democracia. Pero estamos muy lejos aún de contar con un mínimo de madurez. Lo que es plenamente vigente ahora es el pensamiento fujimorista, que consiste en haber despojado a la política de todo componente ético posible.

miércoles, 4 de abril de 2018

Simposio Internacional 7 Ensayos 90 años



En octubre del 2018 se cumplen 90 años de la publicación de la excepcional obra de José Carlos Mariátegui, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Durante las nueve décadas que han transcurrido desde que se publicó la primera edición, la obra mantiene notable actualidad porque constituye el más lúcido y esclarecedor análisis de la realidad social del Perú, que ha servido de base para explicar los problemas que afectan a los pueblos de América Latina, especialmente de la región Andina, convirtiéndose en una obra clásica de la cultura política.


Para conmemorar este acontecimiento, la Cátedra José Carlos Mariátegui convoca a la realización del Simposio Internacional 7 Ensayos 90 años, que se realizará en Lima el 18 y 19 de octubre del presente año. El objetivo es reflexionar y debatir la validez de los 7 ensayos, su potencial teórico-práctico después de 90 años de publicado. Por ello, el temario contiene los títulos de cada ensayo, así como también temas y propuestas teóricas actuales del pensamiento social, político, económico y filosófico de América Latina. 

Sara Beatriz Guardia
Directora Cátedra Mariátegui

Consejo Consultivo

Michael Löwy (Francia), Roberto Fernández Retamar (Cuba), César Germaná (Perú), Luiz Bernardo Pericás (Brasil), Patricio Gutiérrez (Chile), Alberto Filippi (Italia), Miguel Mazzeo (Argentina), Marco Martos (Perú), Álvaro Márquez-Fernández (Venezuela), José Antonio Mazzotti (Perú), Felipe Lagos (Chile), José Ignacio López Soria (Perú), Edgar Montiel (Perú), Jancso Katalin (Hungría), Beatriz Bissio (Brasil), Martín Cortés (Argentina), Álvaro Campuzano (Ecuador); Víctor Mazzi (Perú), Pierina Ferreti (Chile), Viviana Gelado (Brasil), Segundo Montoya (Perú), Lia Faria (Brasil), Marlene Montes de Sommer (Alemania), Joel Rojas (Perú), Claudio Berríos (Chile), Víctor Hugo Pacheco (México), Renata Bastos da Silva (Brasil), Gonzalo Jara Townsend (Chile), Silvana Ferreyra (Argentina), Rafael Ojeda (Perú), Edmundo Murrugarra (Perú), Rolando Apaza Viveros (Perú), Elvis Poletto (Brasil), Ricardo Marinho (Brasil), Pedro Cláudio Cunca (Brasil), Hugo Ordoñez (Perú).

martes, 13 de febrero de 2018

Posverdad, relativismo y ciencia


RAFAEL BACHILLER
Astrónomo, director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN) y miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO.
10 FEB. 2018 03:06
Tomado de:

Estamos en plena era de la posverdad. Nos alertó hace ya 14 años el escritor estadounidense Ralph Keyes en un libro de mucho impacto (The post-truth era: dishonesty and deception in contemporary life). Desde entonces, el concepto ha ido ganando popularidad hasta que el Diccionario Oxford designó el término «posverdad» como palabra del año en 2016. A los científicos este término nos llena de perplejidad y asombro. Por lo que yo humildemente comprendo, la posverdad designa la distorsión de manera emocional de un hecho o de una prueba objetiva. Se trata pues de verdades a medias, falsas ideas o incluso puras mentiras que circulan de manera impune por nuestra sociedad. En términos políticos, la posverdad se refiere a ciertas interpretaciones emocionales de hechos que son proporcionadas por los políticos sin que sean contrastadas por nadie, ni denunciadas por parte del medio social que las tolera. Por ejemplo, la negación del cambio climático por parte de algunos políticos (Trump), se realiza a pesar de la abrumadora evidencia científica que corrobora la realidad del cambio y su origen en la actividad humana. Y este negacionismo es seguido emocionalmente, de manera irreflexiva, por un sector de la sociedad con ideología afín a la del político en cuestión.

Es muy tentador justificar la posverdad en términos del relativismo filosófico. Desde Aristóteles, muchas generaciones de filósofos se han preguntado si la verdad absoluta existe y si el hombre puede llegar a conocerla. En el siglo XVII, Locke ya distinguía entre la realidad objetiva y la percepción subjetiva de la mente humana. En su célebre experimento de los cubos de agua, Locke pedía a un sujeto que introdujese su mano izquierda en un cubo de agua helada y su mano derecha en otro cubo con agua muy caliente. A continuación, Locke pedía al mismo sujeto que introdujese sus dos manos en un cubo de agua templada. Naturalmente, la mano izquierda sentía que el agua de este tercer cubo estaba muy caliente, mientras la mano derecha sentía que estaba muy fría. Locke concluía así que una misma mente podía percibir la misma realidad objetiva de formas muy diferentes. Por tanto, y con mayor razón, las mentes de diferentes sujetos podrán experimentar la misma realidad de manera completamente distinta. Según Locke, el conocimiento es siempre subjetivo pues se alcanza gracias a las sensaciones y a la reflexión. La sensación está determinada por la percepción a través de nuestros cinco sentidos, mientras que la reflexión viene de nuestras asociaciones de ideas, memoria y capacidad de raciocinio.






También Kant admitía que no podemos conocer la realidad de manera completamente objetiva, pues nuestro conocimiento siempre estará determinado por cómo nuestra mente percibe las cosas y por cómo las formula. El filósofo de Königsberg consagró gran parte de su vida a estudiar la naturaleza de la realidad y creó toda una teoría deontológica basada en la capacidad humana para razonar, es esta capacidad única la que nos lleva a obrar bien o mal de acuerdo con un código moral. Para Kant, ni los deseos ni las emociones proporcionan una base racional para tomar decisiones acertadas.

Nietzsche se preocupó por estudiar la relación entre la verdad objetiva y el lenguaje, en el contexto de cómo el hombre origina y desarrolla los conceptos. Tales conceptos son la herramienta para lograr una uniformidad en la descripción de la naturaleza, lo que facilita la comunicación. El que yo considero mayor filósofo del siglo XX, Bertrand Russell, desarrolló la teoría de la correspondencia epistemológica como el establecimiento de una biyección entre los hechos y los enunciados. Pero el problema, ya expresado por Nietzsche, es que la relación de los conceptos y las palabras que designan a los objetos con los objetos en sí no proporciona una descripción perfectamente definida, las palabras pueden ser vistas como metáforas que guardan cierta componente de arbitrariedad. Además la cultura ha ido asociando términos y signos a los objetos y estas asociaciones también pueden afectar a la representación mental de la realidad.


Con todo, yo no creo que pueda utilizarse la filosofía como una justificación de la posverdad. Bien al contrario, la filosofía se ha esforzado a lo largo de los siglos por comprender los sesgos que afectan a nuestra manera de percibir o de razonar, a los obstáculos que pueden interponerse en nuestros intentos por alcanzar la verdad objetiva.

También podría argumentarse que, para la ciencia, la verdad parece ser algo siempre provisional. Y es que, efectivamente, la descripción científica del mundo está sometida a un escrutinio permanente y las teorías científicas que describen la realidad son consideradas aproximaciones sucesivas, descripciones progresivamente más precisas. Así la mecánica de Newton puede ser vista como una primera aproximación de la teoría de la gravitación, mientras que la teoría de la relatividad general Einstein tiene una mayor precisión y es capaz de explicar fenómenos físicos sobre un mayor rango de dimensiones físicas.

A veces la provisionalidad de la verdad científica es criticada duramente. Nos quejamos de que los científicos dicen un día que la mantequilla o los huevos son malos para la salud y al poco tiempo dicen lo contrario. Sin embargo, este escrutinio permanente de la verdad científica solo debería considerarse de manera positiva, pues refleja la dificultad y el esfuerzo del mundo de la ciencia por alcanzar el mayor acercamiento posible a la verdad. El científico no tiene ningún escrúpulo por reconocer que un estudio previo fue insuficiente y que debemos cambiar nuestras conclusiones a la vista de nuevos datos. Todo lo contrario: es su método de trabajo. Es cierto que un estudio pretendidamente científico argumentó un día sobre una supuesta relación entre la vacunación y el autismo. Pero no es menos cierto que ese estudio fue completamente rebatido por muchos otros estudios y los autores del primero fueron separados sin contemplaciones del mundo de la ciencia y de la práctica de la medicina. No hay ningún argumento hoy que justifique la no vacunación. Es sorprendente que esas ideas se extiendan para pasar a formar parte de una absurda posverdad.

Con el método científico, que incluye la experimentación, el hombre es capaz de ofrecer la descripción más objetiva posible de la realidad. En el experimento de los cubos de agua con el que Locke ilustraba el relativismo, un científico introduciría un termómetro en cada uno de los cubos y mediría la temperatura para dar así la descripción más objetiva posible, y por tanto imparcial, de esa realidad física. Aunque su verdad sea siempre provisional, el científico siempre posee la información más fiable posible. Su descripción de la realidad es más objetiva que la que puede ofrecer otros tipos de conocimiento como el arte, las religiones u otros tipos de creencias.

La obligación del científico es pues facilitar la información más fiable posible de acuerdo con el estado actual del conocimiento contrastado. El cambio climático, la vacunación, los alimentos transgénicos, la homeopatía, las técnicas de adivinación, los extraterrestres,... La ciencia tiene hoy las ideas muy claras sobre estos y muchos otros temas. Vemos pues cómo los científicos nos encontramos en plena época de lucha contra la posverdad. Resulta descorazonador que, en pleno fragor de la batalla, tras escoger "posverdad" como palabra del año 2016, el siempre acertado Diccionario Oxford haya declarado palabra del año 2017 a un término muy relacionado con el primero, fake news o falsas noticias, un fenómeno que dota de nuevas dimensiones a esta plaga de posverdad.
Si la obligación del científico es proporcionar información fiable, la obligación del político es dejarse de mandangas de posverdad para elaborar sus políticas públicas sobre la información proporcionada por la ciencia, ésta es la base más firme y fiable sobre la que fundamentar sus decisiones.