martes, 27 de diciembre de 2016

Del microscopio a los seres extraterrestres


Luis Enrique Alvizuri
Tomado de: Filósofos en acción. Grupo cerrado de filosofía. Lima-Perú.

1. No toda la fenomenología existente involucra nuestra percepción. Es decir, muchísimos fenómenos de la naturaleza que existen solo han podido ser "visibles" o captables cuando el ser humano dejó de considerar sus órganos de percepción como los únicos que transmiten "la realidad". En primer lugar, desde siempre hemos comprobado que muchas veces estos órganos nos "engañan" en cuanto a las distancias y proporciones (como los espejismos) y en segundo término poco a poco la humanidad se fue dando cuenta que "había algo más" en la naturaleza que no se podía ver, oír y palpar pero que realmente existía.
2. Esta situación llevó al desarrollo de la intuición y del raciocinio lo que derivó en la filosofía, lo cual consistía en un ir más allá de la simple relación con la naturaleza a través de nuestros sentidos (como sí lo hacen los animales, aunque han indicadores que ellos también poseen dicha intuición y raciocinio, cosa que recién se viene descubriendo conforme avanzan los estudios sobre ellos). La llamada metafísica fue la culminación de este proceso y mediante ella se hizo el intento de entender, comprender o interpretar el mundo "real", que no es el que nos indican dichos sentidos.
3. Con esto el ser humano abrió la Caja de Pandora pues dejó de ser un simple "usuario" de la naturaleza para pasar a ser un "rediseñador" de la misma (no es un creador puesto que no hemos perdido aún la certeza de ser criaturas, de ser producto de ella misma, no sus creadores). Ello ha significado que el hombre se ha convertido en un manipulador pero no de los objetos como son sino de sus propiedades. ¿Qué son las propiedades? Son aquellas leyes o principios desarrollados en nuestra mente mediante los cuales nos permiten transformar las cosas en elementos distintos a lo que son. Lo minerales en su estado natural se encuentran dispersos y disueltos entre sí; nosotros, gracias a nuestras deducciones, los disolvemos y mezclamos de tal manera que adquieren una nueva conformación antes nunca vista. Insisto; si bien no somos creadores de nada (pues todo lo adquirimos de la naturaleza) somos diseñadores que elaboran nuevas formas de estructurar la materia. Esto tampoco es muy lejano de lo que también hacen algunos animales (como el castor) solo que ellos no lo hacen producto del descubrimiento de leyes y principios.
4. Pero no solo ha sido la intuición y la especulación lo que nos dio la idea de realidades más allá de las perceptibles por nuestros sentidos; también lo han sido los instrumentos. A mi entender el invento más importante en la historia contemporánea ha sido el microscopio pues nos hizo entender algo sumamente importante: que la dimensión en que nos encontramos no es la única posible sino que existen otras, tanto hacia lo pequeño como hacia lo grande. Este misterio aún hoy en día sigue abriendo posibilidades infinitas pues todavía no hemos comprobado si existe o no un fin en ello, si lo pequeño se ha terminado con los quarks o si lo grande se acaba con el Universo. Puede ser que este Universo conocido sea parte de otro Universo mayor y que ello a su vez lo sea de otros más y así hasta el infinito. ¿Por qué es importante esto? Porque eso nos indica que el "mundo" donde vivimos no es el único posible y el único real sino que nos hallamos solo en una porción de él que no sabemos (ni sabremos) cuál es exactamente. Cada vez nos damos cuenta que la realidad nos sobrepasa, sobrepasa nuestra idea de ella y nuestro supuesto "conocimiento" sobre ella. La frase más acertada que podría definir esto sería la de Platón: "Solo sé que nada sé", y ello resume el espíritu de la verdadera ciencia, aquella que le dice al hombre que tener ciencia no es saber sino darse cuenta que tal vez no se sabe, siendo esto la única sabiduría posible.
5. Es verdad que siempre existen las personas que se aferran a "verdades", sean estas cuales sean. Por muy distintas razones todos necesitamos creer en algo pues ello es lo que nos permite poder organizarnos y darle un sentido a nuestra existencia. Sin una "verdad" de por medio nuestra vida sería la de un animal (un ser que vive sin ninguna verdad pero vive), pero mientras podamos darnos cuenta que somos humanos necesariamente tendremos algún tipo de verdad, por muy ridícula que ella parezca. Ello nos ha llevado y nos lleva aún a un sin fin de opciones, ninguna de las cuales puede decirse que es "la última y definitiva verdad". Sin ir muy lejos, en Occidente, civilización dominante desde hace cinco siglos, se ha pasado de la verdad de la Biblia (y de la lógica racional) a la verdad de la ciencia contemporánea (o experimentación) que es con la cual ahora vivimos y en la que creemos los que estamos inmersos en ella. Dicha ciencia contemporánea es la que marca el ritmo y el camino de los hombres que hoy vivimos el presente y le tenemos casi tanta fe como la teníamos a los antiguos dioses.
6. Llegamos entonces al punto principal: la "verdad" y la "fe" que el hombre moderno tiene están sostenidas sobre el conocimiento científico moderno (y hago hincapié en lo "moderno" porque ciencia y conocimiento siempre han existido, pero no como ahora los identificamos) y este consiste en un método, un procedimiento para abordar la naturaleza y sus fenómenos. Pero en este punto se suscitan una serie de preguntas: ¿toda la fenomenología de la naturaleza se agota en el método científico o metodología? Y aquí volvemos al principio de todo: la realidad siempre resulta más compleja que nuestros sentidos e incluso que nuestras herramientas. Si bien el microscopio nos reveló otro mundo, esto no lo cerró y concluyó sino que simplemente lo abrió, con lo cual el horizonte del conocimiento se extendió más todavía. Con cada nuevo descubrimiento en vez de cerrarse el ciclo por el contrario se expande, como cuando hacemos un hoyo: mientras más cavamos más grande es. Lo mismo para todos los instrumentos: mientras más desarrollados son nos muestran más misterios por resolver. Es la paradoja del conocimiento.
7. De modo que quienes seguimos el proceso científico con fidelidad y precisión (y no con la fe de quien ve en él la respuesta y solución a todas las preguntas) y nos damos cuenta que es una acumulación de datos siempre incompletos sabemos que la "sorpresa" y los "cambios" no son una excepción sino una constante, un característica necesaria del conocimiento científico. Es un convencimiento que nunca se llegará "al final" de todo (cosa que solo se obtiene a través de la fe en una creencia y religión, ese "no más allá" que toda verdad absoluta plantea) y que cada día, con cada nueva investigación, se amplían no "la verdad" sino más bien la incertidumbre, la novedad, la idea del infinito en todas sus dimensiones. Una de esas nociones es la existencia de otros seres, tanto en lo microscópico como en lo macroscópico.
8. La misma reacción que tenían muchos ante las primeras revelaciones del microscopio (en principio negación absoluta, luego duda y finalmente sorpresa) se suscitan ante las revelaciones de otros seres fuera de nuestra dimensión. Escepticismo, burla y menosprecio es la actitud natural del hombre común ante cualquier novedad que se le presenta, incluso así provenga del conocimiento científico. La "novedad" no siempre es bien recibida por la gente puesto que necesariamente derriba ideas que se creían "sagradas" e inconmovibles, ideas que para muchos vienen a ser su verdad personal, aquello sobre lo cual sostiene sus creencias y comportamientos. Para entender mejor esto recordemos el caso de la Teoría de la Evolución y todo el revuelo que causó (y aún causa), de cómo ésta afectó de manera tan directa a personas de todo nivel y condición (aún a científicos). Lo mismo para la noción de seres inteligentes no humanos, a pesar de las pruebas de que existen formas de vida extrañas como la fauna abisal, especies que en muchos casos trastocan el "orden convencional" de lo que creemos que es la vida (y de tal fauna hasta ahora solo se conoce menos del 5%).
9. Entonces ¿qué hacer? Mi propuesta es admitir el fenómeno a pesar de que ello nos puede afectar tanto personalmente como socialmente. ¿Por qué la ciencia "oficial" no lo reconoce? Por la misma razón que no le reconocían a Galileo sus pruebas ni querían mirar por su telescopio: porque ello perturba el orden y las verdades "oficiales". Si bien la Teoría de la Evolución ocasionó mucha disputa y controversia, la revelación oficial de la presencia de otro tipo de seres vivos a nuestro alrededor produciría una mayor polémica y alteración del sistema puesto que tales seres no serían como los de la fauna abisal ("inferiores" a nosotros a pesar de su rareza) sino "superiores" en el manejo de la naturaleza. Dentro de la mentalidad contemporánea donde "el conocimiento es poder" la idea de que algo tenga más conocimiento (como lo serían tales seres) se asocia inmediatamente al poder, y esto es lo que les aterra a los líderes de la sociedad moderna. Piensan que necesariamente todo aquel que tiene más conocimiento inevitablemente buscará tener "poder" y dominio sobre el resto, o sea, trasladan su propia mentalidad a la de dichos seres.
10. Ello explicaría entonces la reacción de la "ciencia oficial" ante tal fenomenología siendo la misma que utilizaron los enemigos de Galileo: negación absoluta, investigación somera, sarcasmo, sospecha de mala intención, acusación de ignorancia y un largo etcétera. La ciencia contemporánea, dirigida y orientada ex profesamente hacia la alimentación de la sociedad de mercado, no ve en tal situación un motivo de investigación pues no sabría qué beneficios o ganancias se obtendrían de comprobar que esos seres existen. "¿Qué ganamos con saberlo?" dicen. "Al contrario, la gente va a creer más ellos que en nosotros, puesto que conocen mejor a la naturaleza". Es la pérdida de poder entonces lo que los aterra. Son los magos del rey que sienten amenazado su lugar de importancia en la corte. ¿Cómo admitir que una cosa pueda romper las leyes de la naturaleza que nosotros hemos descubierto y denominamos como "universales"? Eso es un imposible, no por las leyes, sino por nosotros. Y ahí está el problema: que la ciencia contemporánea está manejada y manipulada por seres humanos, de carne y hueso, que comen, defecan y se enferman como cualesquiera otros, así como también tienen ambiciones, virtudes y defectos muy humanos. "La ciencia" como un cuerpo ajeno, independiente del hombre y autónomo no existe: es solo un constructo que utilizamos para ciertos discursos pero en verdad somos nosotros los que decidimos cuándo ella es "verdad" y cuándo no. Es el científico real, la persona, la que decide qué es lo verdadero y qué no, no así la propia "ley". Las leyes no hablan, no respiran ni se expresan por sí solas: son "interpretadas" por alguien que habla en nombre de ellas, y ese es el tema en cuestión. Se trata entonces de una "verdad" que depende no de los fenómenos en sí ni de lo que captan nuestros instrumentos sino de qué dice el científico o la "autoridad" sobre ellos.

martes, 6 de diciembre de 2016

Tres mujeres paradigmáticas



Interesante entrevista de Gustavo Flores Quelopana a Sara Beatriz Guardia sobre su último libro. Tomado de Libros peruanos.com que dirige Virginia Vilchez Samanez.

martes, 15 de noviembre de 2016

Apuntes críticos a la noción de cultura de Mario Vargas Llosa (I)


Escribe: Claudio Chipana

Tomado de:
La cultura la hacemos todos, no es el resultado exclusivo de un grupo privilegiado” (CCHG)

El escritor latinoamericano ha dicho que que la cultura en su sentido tradicional, tal como hasta hace unas décadas aquella era entendida, está a punto de desaparecer, si es que no ha desparecido ya. Pero…
n un libro reciente, “La civilización del espectáculo” (2012) de Mario Vargas Llosa, escritor y premio Nobel de literatura (2010), nos presenta una visión nostálgica y no menos apocalíptica de la cultura contemporánea. Nos dice que la cultura en su sentido tradicional, tal como hasta hace unas décadas aquella era entendida, está a punto de desaparecer si es que no ha desparecido ya.
La cultura se ha convertido en un “espectáculo”, es decir en mero entretenimiento, banalidad y frivolidad. La cultura es ahora un simple pasatiempo, nos dice el escritor.
Su libro confirmaría los temores ya expresados por otro autor, TS Eliot, quien dedicó un libro (“Notes towards the definiton of culture, 1948″)  a la situación riesgosa de la cultura de su tiempo. En un pasaje citado por Vargas Llosa el autor de “Tierra baldía” expresa su preocupación por la  “decadencia” de la cultura y de su eventual desaparición.
“La civilización del espectáculo”, libro compuesto de seis capítulos y varios artículos colocadas como “antecedentes”, es a la vez, una reflexión sobre el desarrollo cultural reciente, una teorización del concepto de cultura al lado de ciertas consideraciones estéticas, y  como hilo conductor de muchas de las elucubraciones sobre las cultura del novelista es una declaración  ideológica liberal.
Para el premio Nobel la tarea literaria no se enemista con un compromiso político pues cultura y sociedad están íntimamente imbricados.
Según Vargas Llosa los intelectuales deben comprometerse con los problemas que le plantea su tiempo. El compromiso personal de Vargas Llosa  es con la noción liberal de  “libertad” y la sociedad “abierta”, concepto  tomado del filósofo Karl Popper, uno de los mentores del escritor. En Vargas Llosa la filosofía d liberal oscila entre la idea clásica de la tolerancia y la soberanía del individuo, y la doctrina del libre mercado, es decir, del neoliberalismo.
Más adelante veremos de qué modo la concepción que tiene Vargas Llosa de la cultura se condice con su postura liberal en la política.
Hay que recordar que Vargas Llosa fue candidato presidencial por el movimiento pro libre mercado Fredemo en las elecciones peruanas de 1990 y que perdiera ante Alberto Fujimori un populista que devino en dictador. Fujimori actualmente purga condena por delitos de corrupción y lesa humanidad.
Vargas Llosa alega que la cultura tal como era 40 o 50 atrás se ha transformado tanto hasta haber devenido  en puro pasatiempo, goce instantáneo y consumo hedonista.
En esta tesis Vargas Llosa no está solo. Cita y contrasta sus puntos de vista con los de otros autores como es el caso del filósofo francés Gilles Lipovetsky quien en coautoría con Jean Serroy ha escrito el libro “La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada” (2010).
Para estos autores la cultura mundo es la cultura de masas, la cual ya no es elitista pero está marcada por el consumismo individualista a ultranza. Esta cultura hiper consumista sin embargo a diferencia de Vargas Llosa no ha significado necesariamente el fin de la cultura sino que lo que hay es una pugna entre el hiper consumismo y la búsqueda de otras opciones tal como ocurre con los jóvenes hacia estilos de vida alternativos.
En consecuencia, a diferencia de Vargas Llosa,  Lipovetsky encuentra que hay otras  alternativas a la banalización de la cultura que van más allá de la alta cultura.
Otro autor a cuyas ideas sobre la cultura pasa revista Vargas Llosa es Guy Debord quien publicó en 1967 “La societé du spectacle”.
Para este filósofo marxista el “espectáculo” de la sociedad engarza con la noción de alienación tal como aparece en los Manuscritos de Marx de 1844.
En la sociedad del espectáculo la representación y la ilusión tienen primacía sobre el ser y el vivir. Debord encuentra que el fenómeno del espectáculo como un resultado de la alienación y de la cosificación del hombre y  tiene una raigambre social y económica, no sólo cultural.
De ahí que para Debord resulta esencial cambiar la sociedad del espectáculo por medio de la acción revolucionaria. Para Vargas Llosa el espectáculo es una cuestión exclusivamente cultural. (Continuará…) 

Utopías conservadoras, leyendo a Vargas Llosa (II)

Tomado de:

Las utopías conservadoras están en boga en América Latina y en el mundo Occidental y están a la ofensiva.
Si hay una ideología que subyace al libro “La civilización del espectáculo” – CdE (Vargas Llosa Mario, Punto de lectura México, 2015), es la ideología liberal la cual el escritor ha defendido abiertamente como cuando candidato presidencial. La CdE no sólo es un manifiesto cultural sino también como un manifiesto político.
El hilo conductor de las ideas sobre la cultura expuestos en este libro corre parejo con una lógica política de corte liberal.
Pero dicho pensamiento liberal no calza únicamente con el pensamiento clásico liberal de la fe puesta en el progreso y en la tolerancia.
Vargas Llosa va más allá hasta abrazar el ideario neoliberal aunque en el libro ello quede solamente insinuado cuando enfila sus ataques a gobiernos como Venezuela y Cuba y otros gobiernos que han emprendido una ruta anti neoliberal.
Claudio Chipana leyendo su ponencia en Latinoamerican house
Los regímenes progresistas de America latina son un freno para la “democracia” y la “libertad”, léase, la libertad de mercado (Ver “Mario Vargas Llosa: Confessions of a Latin American Liberal” ). Cuando fue candidato en 1990 presentó un conjunto de recetas ostensiblemente neoliberales.
Vargas Llosa ha declarado que se considera utópico en todo “menos en política” (El País, 29-03-03).
Sin embargo, en línea con la derecha liberal  internacional su pensamiento político encuadra en lo que se ha denominado la utopía conservadora hoy hegemónica en el mundo occidental. No es casual que los mentores de Vargas Llosa sean no sólo los pensadores liberales del siglo de las luces, sino también Popper, Von Mises, Hayek, y otros propulsores del modelo neoliberal (En 1947 hubo un importante cónclave del pensamiento neoliberal. Ver “El Neoliberalismo y su concepto del Hombre: La Sociedad Mont Pelerin”).
Las utopías conservadoras están en boga en America Latina y en el mundo Occidental y están a la ofensiva. El neoliberalismo pone el acento en el libre mercado, la privatización y una escasa participación del Estado.
Vargas Llosa evidencia su postura elitista en relación a la cultura al postular que la degradación de la cultura se debe al hecho de que se ha masificado y  “democratizado”. Al democratizarse, dice Vargas Llosa la cultura gana en cantidad pero pierde en calidad (Vargas Llosa, 2015, p 35).
La masificación de la cultura por los medios audiovisuales que ha dado lugar al predominio de la imagen, ha traído consigo la pérdida del lugar que ocupaba la “alta cultura”. Para revertir ello las elites selectas  deben seguir jugando un papel central en la preservación de la cultura. La salida no es mirar hacia el futuro sino volver  la mirada al pasado, a la era privilegiada de la alta cultura.
“Confieso que tengo poca curiosidad por el futuro, en el que, como van las cosas, tiendo a descreer” manifiesta el escritor (Ibid, p. 203). Vargas Llosa refuerza su añoranza por aquel pasado cuando dice que las elites son necesarias “si no queremos progresar sin rumbo, a ciegas, como autómatas, hacia nuestra propia desintegración” (Ibid, p 73).
Así, Vargas Llosa descarta del todo la posibilidad de que la cultura popular, ya sea en su sentido bakhtiniano, en tanto respuesta del pueblo frente a la cultura oficial, o como “low brow culture”, es decir, como opuesta a la alta cultura (“high brow” culture) pueda hacer renacer la cultura de la  banalización en que se halla. Lo popular como la expresión cultural de los de abajo es tan nocivo como la cultura de masas creada por las corporaciones mediáticas.
Vargas Llosa no hace mayores distingos entre ambas manifestaciones de lo popular.
Más allá de las frases declarativas en defensa de la “libertad” y la sociedad “abierta” Vargas Llosa va en contra la corriente multicultural en Europa echando mano a argumentos contra el multiculturalismo y la “corrección política”. Se pronuncia así en contra del uso del velo islámico en las escuelas francesas. Para el novelista esta es una decisión “justa y democrática” (Ibid, p 187).

Las familias musulmanas no deben preservar su cultura, deben “ajustar su conducta a las leyes vigentes”, o sea asimilarse a la cultura de la mayoría. Sin embargo adopta un parecer un tanto distinto cuando sostiene que sectas religiosas como la “cienciología”  “deberían ser no sólo respetadas, sino fomentadas”. Hasta aquí algunas aporías del liberalismo  conservador de Mario Vargas Llosa.
Jeremy Corbyn con los representantes latinoamericanos. A su lado Claudio Chipana.

jueves, 13 de octubre de 2016

Víctor Mazzi: “Han tratado de hacernos invisibles”

Mazzi presenta Inkas y filósofos. Foto: David Huamani.

El investigador acaba de publicar Inkas y filósofos, ensayo que rastrea el ejercicio reflexivo en el antiguo Perú.


Pedro Escribano.

n día como hoy, en 1492, Cristóbal Colón llegó a América. En ese marco, el investigador Víctor Mazzi Huaycucho ha querido desandar el Perú antiguo. Acaba de publicar Inkas y filósofos. Posturas, teorías, estudio de fuentes de interpretación, un libro que rastrea el ejercicio reflexivo en el Tahuantinsuyo.

“Lo que intento demostrar es que existe una tradición en nuestra identidad reflexiva, en que hubo ejercicio filosófico en el Perú antiguo”, afirma Mazzi.

-¿En qué basas tus estudios?

Este es un tema polémico, debatible, pero tiene sus antecedentes. En 1965 se hizo un coloquio sobre filosofía inca y dentro de poco, en noviembre, San Marcos va a realizar un coloquio sobre filosofía andina. Y el tema trata justamente de hacer una comparación entre las similitudes de la reflexión europea y el saber y la reflexión que tuvimos antes de la presencia hispana en el Perú. El libro plantea un reto, el comprendernos a nosotros mismos, ya que han tratado de hacernos invisibles, nos han puesto muros tratando de ocultar muchos valores de nuestra cultura. Antiguamente, en el Perú, la sabiduría, la reflexión también eran tópicos comunes como en cualquier civilización.

-La famosa frase sabia de ama llulla, ama quella, ama sua, ¿es cierta o falsa?

Es falsa. Cuando uno revisa las crónicas que han escrito los cronistas nativos, mestizos o españoles, no se encuentra esa frase. En realidad, es parte de la catequización que se impuso como un resumen de las normas morales europeas en el Perú. Pero las normas morales europeas que nosotros hemos tenido son más.

-En Europa se rastrea la filosofía en los escritos, ¿en el Tahuantinsuyo, dónde las rastreamos?

Buena pregunta. La primera fuente son tokapus, porque no se piensa con conceptos escritos sino con símbolos. La segunda fuente son los quipus narrativos. Hay otras formas de quipus de donde se han extraído poesías, los registros de astronomía, estadística. Y tercero, las fuentes manuscritas, sobre todo los juicios, las probanzas de servicio en donde cada cosa que se dijo, se envió o pactó entre los curacas y los españoles, quedó registrado en quipus. Esos quipus, cuando hubo probanza de servicio, se utilizaron como documentos de respaldo.

-Cuando presentas así a los quipus, ya estás afirmando que los quipus son una suerte de fuente documentaria.

Así es. Pero tenemos una ventaja. Muchos españoles lograron que los curacas leyeran los quipus y esos quipus se transcribieron en manuscrito.

-¿Hay prueba de eso?

Claro. Están en las crónicas de Cristóbal de Molina. El cronista hizo leer a los curacas del Cusco sus quipus y él los transcribió al runasimi colonial. El quipu físicamente ya no existe, pero la versión del quipu sí está en los manuscritos hispanos.

-Hay quipus que se hallan en sitios arqueológicos, el problema es que nadie sabe leerlos.

Exacto. Es que los quipus son etnocategoriales, no hay un quipu universal en todo el Tahuantinsuyo. Cada provincia tenía su propio quipu. El quipu de Jauja no se puede leer como el quipu de Ica. Son distintos, varía en su codificación del color, número, tamaño, etc.

-¿Quiénes eran los filósofos?, ¿el amauta?, ¿el inca?

Hay distintas categorías. En realidad, esto comienza con el Inca Garcilaso, que llama a los amautas, que son los filósofos del inca. Y en la literatura europea nadie cuestionó que era así. Posteriormente surgió el debate de que eso no es filosofía. Pero quiénes eran los “filósofos”, había distintas tipos de personas que reflexionaban. Guamán Poma dibuja a Juan Yunpa, que reflexionaba sobre astronomía y aparece en un dibujo con un quipu en la mano. Ese quipu le da el sistema de periodificación calendárica para ver el tiempo, espacio, momento de la siembra, una periodificación que los europeos no entendían. Pachacútec es uno de los más grandes filósofos que hubo en el antiguo Perú y no se le reconoce, ¿por qué razón?, porque la idea de filósofo es la europea. Otro filósofo es Manco Cápac, que reflexiona sobre el proceso de vaticinio y el concepto de verdad y mentira y el fracaso de la verdad.

-¿Pero Manco Cápac no es un mito?

Eso es lo que dicen todos los estudios. Hay incas que le llaman míticos porque la fuente documental no los registra. En Santa Cruz Pachacútec sí están las oraciones de Manco Cápac. Los filósofos podrían ser los yuyarunas, “el que piensa”, pero en Huarochirí se llamaban checa, que hacían vaticinios basados en un sistema calendárico, igual que los europeos.

-¿Queda algo de eso?

Lo que ocurrió aquí es que los registros posteriores coloniales han ido desvirtuando el original en el afán de proponer un catecismo, una evangelización destruyendo huacas. Han cambiado sus sentidos y uno se da cuenta de eso cuando los coteja con las fuentes manuscritas primigenias. Ahí reside el valor de la reflexión de los antiguos sabios del Perú.

El dato

·         El autor. Es profesor de la Universidad Villarreal y La Cantuta. Anteriormente ha publicado Presentación de Juan Yunpa (1994), Mito y racionalidad en el Manuscrito quechua de Huarochirí (1995) y Epistemología. Selección de lecturas (2007).


    Edición impresa del miércoles 12 de octubre 2016.

martes, 11 de octubre de 2016

Antonio Melis, In memoriam

Lima, 1994. Simposio Internacional José Carlos Mariátegui. Roland Forges, Antonio Melis y Sara Beatriz Guardia.


Antonio Rengifo Balarezo
  rengifoantonio@gmail.com


ntonio Melis (1942-2016), crítico literario y profesor de literatura hispanoamericana de la universidad de Siena, fue quien consagró a nuestro Mariátegui como el primer marxista de América en su ensayo «J. C. Mariátegui primo marxista  d'America», publicado en Crítica Marxista, revista teórica del Partido Comunista Italiano, marzo-abril de 1967.

Desde aquella fecha, el mismo, consagró varias décadas de su existencia a la investigación y difusión de la obra mariateguiana.  Sus contribuciones son fundamentales. Así como Melis en Italia, hay mariateguistas en todas partes, hasta en la China; pero, de todos ellos, emerge la figura de Antonio Melis como el primer mariateguista extranjero del mundo.  Esto me permito afirmarlo porque él ya no está entre nosotros y no hubiera sido de su agrado. Pues, era un hombre de una sencillez elegante.  (Valga el oxímoron).

Un infarto cardiaco segó la vida de Antonio Melis el domingo 7 de agosto en La Paz, Bolivia, víspera de la inauguración de las XII Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana (JALLA).

¿Quién le presentó a Mariátegui?


Ahora es oportuno saber cómo se produjo el acercamiento de Melis hacia Mariátegui o, mejor dicho, quién se lo presentó. El propio Melis nos informa, fue el poeta peruano Xavier Abril de Vivero (1905-1990), autor de Poesía soñada. Xavier sabía que la obra y la vida de Mariátegui seducen a las personas sensibles; más aún a un jovencito como Melis. Tal vez le auguró una relación entrañable con Mariátegui diciéndole: Mariátegui será  más amigo tuyo que mío.
Melis había contraído una «deuda inmensa» con Xavier Abril hasta que por fin decidió liberarse.  Pongamos atención a lo que dijo:

Escuché por primera vez sus palabras en los Sesenta, cuando era estudiante en la Universidad de Padova y mi profesor de Literatura Hispanoamericana, el conocido vallejista Giovanni Meo Zilio, lo invitó a dar una charla a sus alumnos. De 1965 a 1967 tuve el privilegio de trabajar a su lado en el IstitutoIspanico de la Universidad de Firenze, dirigido por el gran hispanista OresteMacrí, junto con el ya recordado Meo Zilio, con el traductor de Vallejo, Eguren y Belli, Roberto Paoli, y con Giuseppe D’Angelo, quien más tarde fue un excelente agregado cultural de Italia en el Perú, durante el gobierno presidido por Velasco Alvarado.(http://www.pacarinadelsur.com/home/brisas/1047-el-enigma-de-xavier-abril-un-caso-de-damnatio-memoriaehttps://hawansuyo.com/2016/08/17/el-enigma-de-xavier-abril-un-caso-de-damnatio-memoriae-antonio-melis/)

La «deuda inmensa» de Melis con Xavier Abril no fue únicamente por haberle presentado a Mariátegui; sino también por haberse encontrado con el mismo Xavier Abril; poeta de su aprecio y silenciado en el Perú, a pesar de su gran calidad estética. Le dedicó un esclarecedor estudio; que, por lo valioso, es ejemplo de cómo se hace una crítica literaria.

Aparte de Xavier Abril y de la propia sensibilidad personal de Melis, el otro influjo fue el contexto histórico que le tocó vivir; ya que estuvo envuelto por la atmósfera de sensibilización y expectativa ocasionada por la Revolución Cubana en la década del 60, la rebelión juvenil de los universitarios parisinos del año 1968 y por la Revolución nacionalista del Perú en la década del 70.

Melis llega al Perú


Melis llega al Perú por primera vez en el año 1970.  Otros italianos también fueron atraídos al Perú: el diplomático Giuseppe D’Angelo, como ya lo mencionó Melis y la napolitana Laura González del Castillo. Laura había pertenecido al partido comunista italiano y era traductora de la editorial Feltrinelli; la versión italiana de los textos del Che Guevara es obra suya. 

Melis en el Perú fue un enamorado afortunado de José Carlos; puesto que fue un enamorado consentido por la familia.  Estableció una relación fraterna con su paisana Anita Chiappe Vda. de Mariátegui y con sus hijos.  En sus estancias limeñas se alojaba en casa de Javier Mariátegui.  La familia puso a su disposición el archivo personal de José Carlos y su editorial.

Melis asumió la tarea  de organizar, anotar y prologar la correspondencia de Mariátegui.  En dos viajes a Lima culminó su loable tarea.  A la compilación de cartas habían contribuido varias personas y, por supuesto, la familia.  En los finales de su trabajo, Melis se había detenido; no encontraba datos referidos a Néstor Martos para la sección Noticias bio-bibliográficas.  Estaba algo agotado del esfuerzo, quería terminar cuanto antes; pero no podía y, como última instancia, me pregunta: «tocayo, ¿tú sabes algo?»  Sonriendo, le respondo: «la solución está al alcance de tu mano. ¡Es el papá del poeta Marco Martos!» En septiembre de 1984 ocurrió el alumbramiento de Correspondencia de José Carlos Mariátegui en dos tomos, bajo el sello de la Empresa Editora Amauta S.A.

Melis en Lima estableció una cordial relación con otro antiguo e insigne enamorado de Mariátegui: Guillermo Rouillon Duharte (1917-1978).  Como sabemos, Rouillon, pese a sus limitaciones económica, se consagró a elaborar su monumental biografía de Mariátegui.  Con todo derecho, Rouillon es el biógrafo de Mariátegui por antonomasia.  Sin embargo, no ha tenido en nuestro país el debido reconocimiento.  Para suplir la calamitosa omisión, Melis desde Italia le envía una nota el año 1992 a la señora Armida Picón Vda. de Rouillon:
A casi treinta años de su primera aparición, La Bio-bibliografía de José Carlos Mariátegui  de Guillermo Rouillon, sigue representando un punto de referencia imprescindible para los mariateguistas de todo el mundo.  Cuando en 1989 apareció el N°1 del Anuario Mariateguiano, la redacción se propuso, entre otras cosas, reanudar ese inestimable trabajo.  Pero sería injusto olvidar su monumental biografía de Mariátegui. Guillermo llegó a ver impresa, por su desaparición prematura, solamente el I tomo de su empresa.  Ya he expresado, en su momento, mi apreciación por esta tarea inspirada por su profunda adhesión a la figura de José Carlos.  En esta oportunidad quiero destacar sobre todo la larga correspondencia con su autor durante la elaboración del II tomo.  Sus cartas de esos años, dirigidas a conseguir toda la información posible sobre los personajes conocidos por Mariátegui durante su estadía en Italia, son un testimonio de su estilo de trabajo acucioso.  Restituir al público de los investigadores de la obra mariateguiana el fruto de su indagación larga y amorosa, no es sólo un aporte a los estudios.  Es, en primer lugar, un acto de justicia hacia un intelectual lejano de las modas y del oficialismo y animado por una búsqueda apasionada de la verdad. (Mariátegui, suscitador de peruanidad.   Guillermo Rouillon Duharte.  Prólogo, selección y notas: Guillermo Yucra Moreno. Lima: Fondo editorial de Universidad Nacional Mayor de San Marcos, julio del 2013, p. 239).

Para Guillermo Rouillon no pasó desapercibido el libro de Melis, José Carlos Mariátegui: vanguardia política y vanguardia artística. Se publicó en Milán el año 1975. La reseña de Rouillon apareció en la página editorial del diario El Comercio de Lima el 19 de noviembre de 1975. Entresacamos un párrafo: 

(…) Esta selección viene precedida de un medular y básico prólogo, en el cual el autor hace un profundo y original análisis de la evolución artística y literaria de Mariátegui que, desde luego, se halla íntimamente vinculada con el desarrollo de su vocación ideopolítica (…)

He obviado el itinerario mariateguiano de Melis; pero, quien quisiera seguirlo puede consultar el ensayo del sociólogo peruano y sanmarquino, Carlos Arroyo: La parábola mariateguiana de Antonio Melis. 

Antonio, concluyo este breve recordatorio con un brindis, música y una frase tuya. Como tú sabes, a principios del presente año, te envié una nota en la que te decía: «si alguna vez fuera a Italia quisiera hacer un brindis contigo con el vino que le gustaba a Mariátegui: el dulce y rubio vino de Frascati». Me respondiste: «disculpa tocayo que te desilusione; pero no es de los mejores vinos».  Ahora, con tu respuesta, entiendo más a Mariátegui; ¡en esa época estaba enamorado y todo para él tenía sabor a Gloria!  Tocayo, te digo que estando contigo cualquier vino tiene sabor a Gloria!  Escuchemos el cassette que me obsequiaste —en tus primeras venidas a Lima— para que apreciara tu hijo, integrante de una banda de rock.  Finalmente, la frase muy tuya y rotunda: la cultura siempre es roja.

¡Hasta luego, tocayo!

sábado, 8 de octubre de 2016

Enrique Dussel: “La filosofía europea no es universal”

Foto: Cortesía dirección de Comunicación Social Universidad Autónoma Metropolitana

Por: Steven Navarrete Cardona/ Ciudad de México

Tomado de: El Espectador.
El filósofo Enrique Dussel explica la apuesta a la descolonización del conocimiento en América Latina como una salida a la crisis medioambiental actual.

Enrique Dussel es profesor en el Departamento de Filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Iztapalapa (ciudad de México) y licenciado en filosofía de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza (Argentina), país del cual tuvo que salir exiliado en 1975. 
También cuenta con un doctorado en filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, un doctorado en historia en La Sorbonne de París y una licencia en teología en París y Münster.
En entrevista con El Espectador, en Ciudad de México, habló de cómo la tecnología no ha podido encontrar una salida concreta a la crisis ambiental.
Hablemos  de lo que significa descolonizar el pensamiento, una idea que usted y el Grupo de investigación modernidad/colonialidad han venido impulsando en las academias de América Latina y el mundo.
Ahora tiene más actualidad que nunca lo que comencé a escribir hace 40 años. Pero al mismo tiempo, gracias a Aníbal Quijano y a otro grupo de profesores en Estados Unidos y en otros países, este tema de la descolonización epistemológica ha tomado mucha fuerza. Creo que nuestra problemática empieza a tocar eso que se llama ‘pensamiento universal’, que es el eurocentrismo pero ahora globalizado. Hemos empezado a poner nuestras preguntas a un nivel mundial, lo que nunca había acontecido, éramos una periferia intelectual de segunda. Nuestros filósofos de la U. Nacional y sobre todo de la universidad de los Andes siguen repitiendo a los europeos como Heidegger y Habermas. Yo conozco y conocí personalmente a muchos de estos filósofos europeos que hemos endiosado en las academias, pero en la actualidad pensamos más allá que ellos y planteamos problemas que no pueden dimensionar porque no tienen la experiencia y porque se han encapsulado en un provincialismo que ya debe quedar en el pasado.
¿Por qué cree que la apuesta por la descolonización del conocimiento está tomando fuerza en las academias de filosofía del mundo y está quitándole terreno a la filosofía analítica y otras tendencias?
La filosofía analítica es una filosofía del lenguaje, formalista. La misma escuela de Frankfurt ya habían realizado una fuerte crítica a su repetición de lo real pero fetichizado, moviéndose hacia un pensamiento abstracto que puede ser dicho en cualquier lugar y no vale para ninguno en concreto, lo que resulta en una generalización. Leer el trabajo de Karl-Otto Apel me permitió hacer una crítica a la filosofía analítica. Ha sido un diálogo largo con él,  maestro de Habermas. Allí capté muchas cosas que me faltaban y ese diálogo me resultó muy provechoso. De igual forma ellos ya habían caído en un cierto formalismo  eurocéntrico del cual no han salido, mientras que nosotros hemos avanzado mucho más en en diversos temas.
Entonces, ¿la apuesta de la descolonización epistemológica está tomando fuerza debido a que se da cuenta de la realidad práctica ?
Hacia 1969 e inicios de 1970 Salazar Bondy hizo una pregunta crucial ¿es posible una filosofía en América Latina? y respondía ‘no, porque somos colonia’. A ello se le sumó la respuesta del mexicano Leopoldo Zea quien dijo; ‘no, porque la filosofía es universal y siempre se practicó’. En este debate terció la Filosofía de la Liberación que afirma que  desde luego siempre existió una filosofía latinoamericana, pero nunca fue reconocida mundialmente y los filósofos latinoamericanos en muchos casos no aparecen en la historia de la filosofía universal. La filosofía Europea no es universal. Empezar a pensar en estas condiciones y cómo librarnos de esa situación de periferia, -para usar los términos de aquellos años de centro periferia de la teoría de la Dependencia- es empezar a pensar de otra manera.
¿Cuál es la finalidad de la apuesta por la descolonización epistemológica?
La crítica al eurocentrismo va a ser que los europeos se descubran a sí mismos. No sólo que descubran el ‘Sur’, sino que examinen el papel que ha cumplido Europa en la modernidad. También va a impulsarles a tomar conciencia de que muchos de sus inventos vienen de Asia y Oriente. Ellos quieren ayudar a los países que fueron sus colonias y que hoy están en crisis pero invierten el 1% y sacan el 99% en el intercambio desigual del capitalismo. La tasa de ganancia tiene que dejar de ser el criterio de racionalidad, tenemos que pasar a criterios cualitativos, a criterios tales como si las personas viven mejor. Esa ‘no conciencia’ de ser el sujeto de dominación junto a grandes descubrimientos tecnológicos de la modernidad que también tocan su límite ecológico, están liquidando a la humanidad. Por eso Walter Benjamín habla de la necesidad de usar el ‘freno de emergencia’, pero no hay freno, ni siquiera la tecnología lo ha descubierto porque el capitalismo no tiene freno, el aumento en la tasa de ganancia es infinito, además los que acumulan capital nunca estarán saciados.
Háblenos un poco más de la modernidad…
La modernidad está llegando a su límite de destrucción de la vida en la tierra y generando una desigualdad gigantesca. Eso es eurocentrismo porque creen que han construido una gran civilización. En parte sí, pero fue algo que empezó en China y en el mundo Árabe, como lo evidencian las matemáticas y los vestigios de revolución industrial en China mucho antes que en Inglaterra. Además, los europeos dependen de Asia y no lo reconocen. Por supuesto en Asía también hay otras formas que están aniquilando el mundo, como el estanilismo chino que ha superado en producción a los Estados Unidos causando igual o más daños ecológicos con su modelo de producción.
¿Por qué nunca usa el concepto de ‘posmodernidad’? 
La crítica es a la modernidad. La posmodernidad es una etapa última de la modernidad. Desde que surgió la idea de lo posmoderno, yo realicé una fuerte crítica pues es una apuesta eurocéntrica. El mundo nunca vivirá ‘la condición posmoderna’ porque desapareceríamos antes por situaciones ecológicas, si viviéramos el mismo estilo de vida de Europa necesitaríamos otro planeta para sustentar nuestro estilo de vida. De lo que se trata es de ir más allá de la modernidad, en una nueva edad del mundo, que va a ser poscapitalista y ecológica. El pensamiento decolonial va a redescubrir Europa, por ello hay que pensar en una nueva sociedad, la palabra socialismo le queda muy chica.
Entonces, ¿qué modelo propone?
Una nueva edad a la que quizá la palabra socialismo le queda muy chica, ya que hemos visto que también es antiecológica y no contempla la liberación de la mujer ni la naturaleza, ni el respeto a los ancianos. Marx sí, pero no el socialismo. Debemos construir una nueva visión y a eso le llamo ‘transmodernidad’, no posmodernidad. Se trata de un debate que dio Bolívar Echeverría quien decía que teníamos que impulsar una modernidad sin capitalismo. Pienso que tenemos que ir más allá de la modernidad y del capitalismo que es la economía de la modernidad. No se puede ir más allá del capitalismo sin ir más allá de la modernidad, el marco categorial moderno es el problema, ya que sustenta una economía devastadora.
Algunos de los gobiernos latinoamericanos se encuentran en un tremendo dilema: ahogarse en los préstamos internacionales o crecer económicamente usando los recursos naturales que existen en sus territorios ¿cuál es su opinión?
En mi último libro ‘16 Tesis de Economía Política’,- publicado por la editorial Siglo XXI Editores- lo que muestro es que no una hay alternativa sino que existen muchas. El capitalismo va a terminar porque nada es eterno, pero no hay que señalar de inmediato qué alternativa ya concluida y fija se tiene a la mano. El capitalismo surgió contra el feudalismo y ni siquiera sabían lo que estaban haciendo. Nunca una alternativa tiene un sistema explícito, ni siquiera el socialismo, puesto que como vimos, era mucho más racional que el capitalismo y quería producir mucho más deformando las ideas de Marx. Por supuesto el mercado tampoco es la solución.
Algunos críticos han señalado que buscar en siglos pasados la solución al presente en otras realidades sería algo contradictorio a la apuesta de la descolonización. ¿Usted qué piensa?  
La teoría surge de la praxis, y la praxis va por tanteos. Sí voy por una calle y si no tiene salida. La vida fue evolucionando sin un proyecto, no era teleológica sino que construía criterios. No ha habido un proyecto teleológico implícito en las macromoléculas del universo para producir la vida. Todo ello  fue pasando. Lo que sí puedo hacer es  criticar con vehemencia al sistema actual y sus límites que se han vuelto peligrosos porque van hacia la extinción de la especie humana. En ese sentido Bolivia es el país más interesante hoy, porque las comunidades indígenas no han perdido sus tradiciones, estuvieron antes de la modernidad, durante y estarán después de la modernidad. Tienen criterios ejemplares como el respeto a la naturaleza, que es una actitud metafísica y ética que hay que recuperar.
Europa tiene en su mismo corazón grandes pensadores críticos, y la crítica decolonial no se trata de  rechazar lo que hicieron en Europa sino saber quiénes hicieron la crítica a la modernidad, cómo se transforma en pertinente, y cómo puedo desarrollarla. No es descartar todo lo logrado por Europa. De cada civilización tomemos lo fuerte, lo interesante, lo crítico y lo desarrollaremos en la situación actual.
¿Desde qué época se puede rastrear la crítica a la modernidad y la filosofía Latinoamericana en nuestro continente?
Por ejemplo en el año 1514,  Bartolomé de las Casas realizó una fuerte crítica a la violencia contra los indígenas, lo que se convierte en una crítica a la modernidad misma, un siglo antes de la producción filosófica de Hobbes y Hume. De las Casas es tan sólo uno de los ejemplos de los hombres que ya sentaban su pensamiento en el siglo XVI y que se anticipaban a la modernidad. Lo que pasa es que este siglo desapareció de la historia que se ha hecho hegemónica con las obras  de Hobbes, Hume y Kant, y lo que paso en el siglo XVI no se estudia. 
Entonces, la primera tarea epistemológica es repensar el largo siglo XVI cuyo centro fue España y la primera experiencia fue América Latina, esto  quiere decir que nosotros somos la otra cara de la modernidad desde hace cinco siglos.
¿Pero, incluir y aceptar en pleno esas categorías ‘impuestas’ no sería desconocer la variedad de modos de producción que conviven en América Latina en una misma espacialidad y temporalidad?
En América Latina hay una elite criolla y moderna, además racista como dice Aníbal Quijano, pero colonial de todas formas. Bolívar en la Carta de Jamaica se pregunta ¿quiénes somos? y no sabe responder porque él es blanco criollo. Sí usted le hace esa misma pregunta a un indígena, sí sabe que responderle porque ha estado desde hace miles de años siempre. Bolívar pertenece a una elite, modernizada blanca y colonial, entonces lucha contra la colonialidad a medias, políticamente crea el estado y los demás aparatos pero no se da cuenta de todo lo que hay que descolonizar como la ciencia, la ideología, la economía. El pensamiento latinoamericano ha puesto grandes preguntas de significación mundial, nuestros libros han sido traducidos a todas las lenguas, ahora pensamos y ya cuando decimos algo nos miran con respeto.