lunes, 30 de junio de 2014

Víctor Mazzi y su libro "Epistemología"

Entrevista realizada por Gustavo Flores Quelopana y subido a youtube por Virginia Vilchez, Directora del portal Libros Peruanos. La entrevista aborda tópicos de epistemología contemporánea a propósito de la publicación de mi texto: Epistemología. Selección de Lecturas. Inserto la transcripción de la entrevista.




El escritor y profesor universitario Víctor Mazzi Huaycucho nos habla sobre su libro "Epistemología", de 850 páginas, que contiene una selección de textos donde se presenta el marco de la epistemología contemporánea y se brinda un soporte conceptual del instrumental teórico para el desarrollo de la investigación y el trabajo científico en general. Mazzi sostiene que desde la década de los ochenta, en el Perú hay una inquietud sobre esta disciplina filosófica. Más información en: 
http://www.librosperuanos.com/libros/detalle/13575/Epistemologia.-Seleccion-de-lecturas

Gustavo Flores Quelopana: Apreciado amigo Víctor Mazzi, profesor de la Universidad La Cantuta, es un placer tenerte aquí en libros peruanos.com, esta vez en ocasión de tu voluminoso libro Epistemología de más de 850 Páginas, este libro en realidad venido a complementar un gran vacío, teníamos trabajos de epistemología, pero faltaba una selección de lecturas y tú has ofrecido una enjundiosa selección, entonces la primera pregunta que te voy a hacer es la siguiente: En tu libro abordas las 18 autores y 32 lecturas ¿Cuál ha sido el criterio seguido para dicha selección de autores?

Víctor Mazzi Huaycucho: Buenos días, gracias Gustavo, lo primero, la primera impresión que se tiene del libro es porque es voluminoso, nos han acostumbrado a leer fuentes más pequeñas y en realidad  es una necesidad ya que en el Perú desde la década del 80 hacia adelante hay una inquietud por esta nueva disciplina filosófica, entonces, usualmente los que enseñan los cursos de lógica son los que se han ocupado de los tópicos epistemológicos, pero como una disciplina filosófica requiere conocer directamente los autores. En el Perú tenemos compilaciones interesantes como las de [Augusto] Salazar Bondy sobre filosofía, pero en el caso de esta nueva disciplina filosófica necesitamos abordar los autores en sus fuentes, aunque son selecciones, son extractos, ya esto es una compilación. Evidentemente las necesidades por mostrar la simple ideas, los argumentos que hay sobre la filosofía de la ciencia, entonces la necesidad de hacer este volumen responde a la inquietud de otorgar los materiales de primera mano sobre el pensamiento mismo los autores, no sé ha intercedido por un análisis, una interpretación porque en el Perú se desconoce muchos autores y, sobre todo, los argumentos que muestran dichos autores.

GFQ: Efectivamente, por ejemplo, encontramos en el libro una lectura de [Rudolph] Carnap dentro de la corriente neopositivista, lo cual es muy valioso, sin embargo, quisiera preguntarte en vista a la escasa referencia a la corriente neopositivista solamente referida a Carnap, ¿a qué obedece?

VMH: Fijate la fundación de la epistemología se la debemos al positivismo lógico a través de Moritz Schlick. El Círculo de Viena sobre todo ha planteado, si se quiere, el inicio esta disciplina filosófica; los tópicos referidos a ciencia, métodos de la ciencia, el trabajo filosófico sobre la ciencia, ha partido de la iniciativa de los miembros del Círculo de Viena, pero si uno se fija con atención casi todos, o una buena, parte son físicos, y el análisis de la ciencia lo han hecho desde el lado de la visión del físico, sobre todo físico teórico, entonces por ejemplo, la discusión que han tenido siguiendo a [Ludwig] Wittgenstein respecto a los enunciados con significado; esta tendencia del enunciado con significado y que todo conocimiento científico debe abordar los temas de significado plantea una interrogante respecto a la filosofía de la ciencia: si lenguaje científico al poseer significado posee la esencia de la naturaleza, de los objetos que trata, los objetos físicos, entonces Carnap en un primer momento hablaba de la sintaxis, creía que el problema solamente -como dice Wittgenstein, el error no está la naturaleza sino en el lenguaje- Carnap tomó este enunciado como punto de partida para hablar de la sintaxis lógica del lenguaje de la ciencia, el problema es que cuando se le inquirió sobre el contenido profundo, entonces tuvo que variar a la teoría el significado, y la teoría significado en realidad es el punto de partida para el sistema mismo del Círculo de Viena: el enunciado con significado es el punto, es el nivel sube de su verificación todo lo que la experiencias, los actos de experiencia corroboren o verifiquen es lo que tiene significado, este contexto este contexto por ejemplo, nos hace ver, Carnap empieza a elaborar un sistema provenía de Wittgenstein y que rechaza la metafísica, el debate con la metafísica o con la disciplina de la metafísica, es porque carece de contenido, carece de significado y cualquier enunciado metafísico no tiene significado, entonces, pero la discusión se basa sobre todo en la teoría del significado en el lenguaje, y esta teoría del significado ha traído siempre a colación respecto a la forma de como nosotros enfocamos los fenómenos físicos: los fenómenos físicos deben ser tratados ya no con la metafísica ni con la especulación, sino partiendo directamente de la experiencia concreta, este punto de vista por ejemplo lleva al lenguaje a un nivel superior ¿cuál es? insertar una teoría del significado dentro del contexto y comprensión de los objetos físicos a eso trae. Ahora sobre tu pregunta de Carnap, la selección de lecturas en realidad debería traer más cosas sobre Círculo de Viena, por ejemplo, el Manifiesto del Círculo de Viena que no se conoce sólo por  algunas páginas de internet, pero el manifiesto del Círculo de Viena se denomina: La concepción científica del mundo y cuando tú tratas sobre concepción científica del mundo estás,- si se quiere-, demarcando, estableciendo una frontera respecto a los otros conocimientos que no son científicos, por ejemplo los estéticos, los teológicos, los morales, éticos, en fin…este criterio de demarcar solo en el Círculo de Viena la concepción científica del mundo es lo que nosotros llamamos enfoque cientificista de la realidad, pero eso es [sólo] uno de los enfoques, la filosofía tiene un amplío nivel de tratamiento a cada tema en cada disciplina, pero esto sólo se refiere a filosofía de la ciencia, por eso que la importancia del positivismo lógico es haber fundado las bases de una nueva disciplina que se refiere sólo a la filosofía de la ciencia.

GFQ: Efectivamente, siendo tan importante la fundación por parte del Círculo de Viena, la siguiente pregunta está relacionado con justamente con esa apreciación tuya, porque le concedes bastante atención ofreciéndonos 5 lecturas de Karl Popper ¿cómo así explicas esta preferencia?

 VMH: Más que transferencia me parece que este nivel de la objetividad del argumento, la vigencia del argumento y yo no soy muy afín a Popper en el sentido de su filosofía social yo discrepo mucho con Popper sobre este punto, porque Popper, -quiérase o no-, es el referente de muchas políticas neoliberales, lo que yo voy es a su espacio en la filosofía de la ciencia y su importancia; la primera crítica al Círculo de Viena proviene de Popper, su crítica a la inducción. Ahora, con su libro La lógica la investigación científica Popper estableció las bases de lo que hoy en día todo el conjunto científico utiliza: el sistema hipotético deductivo, en contraposición a los sistemas inductivos que planteaba Círculo de Viena. Ese es el primer nivel del Popper, pero este Popper plantea una teoría falsacionista que hasta su propio discípulo Imre Lakatos discrepó, que él llama falsacionismo dogmático, y ese falsacionismo dogmático tiene que ver mucho con la visión muy corta de la evolución científica, porque Popper plantea que nosotros debemos probar, falsar las teorías, pero el problema es cómo podemos falsas teorías si todavía no estamos seguros que en esas teorías son ciertas, entonces hay muchas teorías que están erigidas sobre bases muy frágiles, entonces Popper trata que al primer enunciado que contradiga la teoría, la teoría debe desecharse, él posteriormente reconoció efectivamente que esto estaba equivocado. La segunda parte la vigencia de Popper es su debate, su confrontación en el año 1965 con Thomas Kuhn, esa confrontación trajo a colación un debate que hasta el día de hoy se desarrolla: ¿Cómo y por qué se desarrolla la ciencia? ¿Cuáles son las causas para que evolucione el conocimiento científico? ¿Que genera un cambio científico? Para Popper es la lógica, para Thomas Kuhn es la historia; entonces por ejemplo Popper es anti-historicista. Hay un libro de Popper que se llama La miseria el historicismo y Popper entonces empieza discrepar, a disentir con los discursos historizantes;  y en La Sociedad Abierta y sus enemigos Popper ataca ya abiertamente el enfoque histórico del conocimiento, desde Platón, Hegel y Marx: él dice que los antecedentes históricos son un  punto de partida, pero no es propiamente la ciencia. Pues estos dos puntos de vista hacen tener vigencia a Popper. Por eso en el debate Popper y Kuhn propongo que Popper participe porque Popper tiene un libro interesante; El mito del marco común, y en el mito del marco común, Popper desarrolla su debate con Kuhn y Kuhn también, posteriormente en un libro póstumo: El camino desde la estructura donde Kuhn plantea también sus puntos de  vista de discrepancia con Popper, entonces la polémica comenzó el año 1965 y hasta el final de sus vidas la polémica siguió dándose es por eso que los escribe Popper es muy importante, ahora esa importancia de Popper tiene que ver mucho o lo que nosotros llamamos el enfoque de la filosofía de la ciencia, en ese punto de vista por ejemplo Popper desarrolla cierto nivel de análisis respecto a la teoría la verdad, la base empírica, los conocimientos probabilísticos en fin, todo el fenómeno del pensamiento de Popper puede resumir una parte de la filosofía de la ciencia y su influencia sobre esa filosofía de la ciencia.

GFQ: muy interesante efectivamente, esto nos lleva pues, se operó como tú bien lo has descrito el cambio del análisis lógico de las proposiciones científicas por el análisis de la estructura histórica de la ciencia con Lakatos con Kuhn, Feyerabend, Nagel y Hempel, sin embargo, el libro siendo tan enjundioso en la  lecturas epistemológicas llama la atención de no ofrecer, por ejemplo, de no ofrecer a estos autores a [Hilary] Putnam con su concepción heredada estándar de la ciencia, a Hanson con su idea de que toda observación está cargada de teoría, a [Jaakko] Hinttika que propone un nuevo sistema de lógica inductiva y a [Stephen] Toulmin quien propone reemplazar la teoría verdadera por la teoría adecuada, ¿Porque faltan esos autores?
- ¡Faltan más todavía! Partamos de este hecho: en una compilación en una selección de lecturas uno tiene que ser muy, si se quiere objetivo, y ofrecer todo lo que se pueda dar al público respecto a la información vital. En teoría la verdad, por ejemplo, hay autores que no he puesto; he puesto a Popper a Alfred Tarski que son dos referentes, pero hay otros enfoques de teoría de la verdad que son importantes, no he puesto a autores como Donald Davidson, no he puesto a autores como Susan Haack, en fin, muchos autores que deberían participar en el esquema de teoría la verdad; ahora, en el esquema sobre la relatividad y los enfoques relativos Hanson, todos ellos, también tienen un punto de vista importante, pero que es lo que ocurre con estas compilaciones, se tornan voluminosas, entonces por ejemplo, hay que ser muy selectivo para mostrar el pensamiento exacto y el punto de partida exacto para que uno vaya teniendo idea de cómo se originaron los argumentos, los enfoques, o quizás los debates sobre un tópico de la filosofía de la ciencia, y esto ocurre por ejemplo cuando uno hace una compilación hay que ser selectivos, en realidad cuando uno enfoca los puntos de vista debe poner los dos puntos de vista o los  puntos de vista que concurren, pero dado el volumen de la información a veces hay que ser muy selectivo, las compilaciones a veces también son una forma de tiranía de la preferencia del autor, ósea uno prefiere darle una antojolía antes que una antología, entonces por ejemplo, [hay] muchos autores que no he conseguido, algunos textos no circulan del Perú, y eso es lo importante, en el Perú todavía siguen faltando autores básicos para comprender el contorno de toda la filosofía la ciencia contemporánea,

GFQ: [Jaakko] Hintikka por ejemplo...

VMH: Hintikka por ejemplo, la literatura de los filósofos europeos se reduce al mundo francés, anglo-sajón y alemán, pero que hay de otros filósofos que no pertenecen a esas áreas, lo de Hintikka es uno de ellos, entonces, por ejemplo, es necesario tener la información y ver,  uno depende mucho de las editoriales cuando publican los autores; entonces las traducciones, por ejemplo, de idiomas que no son el francés, el anglo-sajón o el alemán hay mucha dificultad y es necesario proveer la información para que este esquema de estudio, y si se quiere integral de la filosofía de la ciencia, tenga mayor significado en las propuestas originales de los autores.

GFQ: Ahora sí interesante saber de tu parte si es que consideras que el afán neopositivista de encarar a la metafísica ha fracasado.

VMH: Yo no diría que ha fracasado, yo diría más bien que ha variado, ¿por qué razón? el Círculo de Viena sigue tomando un enunciado que viene, fíjate de Immanuel Kant al separar la ciencia la metafísica, de Auguste Comte de plantear los tres estadios del conocimiento humano y decir que la metafísica (…) es algo así como una religión sin dios, y Wittgenstein que sigue también manteniendo el mismo argumento, diciendo que la metafísica no tiene significado y que a cualquier metafísico hay que comprobarle, hay que darle a entender que sus palabras no tienen significado, carecen de sentido, carecen de reflexión, entonces, por ejemplo, el ataque del Círculo de Viena a la metafísica corresponde esa tradición anti metafísica.

GFQ: ¿De raíz empirista?

VMH: De raíz empirista. La tradición empirista desde  los ingleses para adelante siempre ha tratado de entender el problema desde la experiencia, entonces por ejemplo la idea de que la metafísica no sirve para nada, fue quizás en la década del 50 trasladada a otros problemas más importantes: todo conocimiento científico comienza como conocimiento metafísico y la historia de la ciencia ha demostrado que muchos argumentos de carácter metafísico pasaron a ser argumentos de carácter científico, entonces no se puede desechar la metafísica, lo que hay que ver es que en algunos casos la filosofía es especulativa, la esencia misma de la filosofía es especular, entonces no se le puede dar ese criterio de que la metafísica no sirve para nada tiene de todas maneras un enfoque sobre nuestro conocimiento del universo, muchas cosas que nosotros tenemos sobre el universo están basados en criterios metafísicos, si no que no se quiere reconocer que esa parte se enfoque es metafísico ayuda a tener una especulación sobre la realidad física.

 GFQ: Efectivamente, tu libro ofrece un interesante selección de autores de la filosofía analítica y la filosofía del lenguaje, ahí está Frege, esta Russell, está Wittgenstein, pero justamente, también está [Willard] Quine con su fabulosa y estupenda crítica al empirismo, ¿Crees entonces que esta crítica ha hecho dificultoso el porvenir de la corriente analítica?

VMH: La corriente analítica tiene un problema; pone adelante el lenguaje como mediador de la realidad, cree que el lenguaje sustituye a la realidad, y la epistemología desde la influencia la filosofía analítica ha puesto ese problema por delante, que los problemas filosóficos de la ciencia son problema de lenguaje tal como decía Wittgenstein, entonces por ejemplo, la filosofía analítica ha errado en el sentido de mucho privilegio al lenguaje en vez de darle privilegio a la misma realidad donde surgen los problemas científicos, entonces por ejemplo, hay autores que consideran que por ejemplo la filosofía analítica ha ayudado mucho a la convencionalidad del lenguaje lógico-científico, -en eso estamos de acuerdo-, pero que el lenguaje sustituya a la realidad eso sí es un error, todo problema científico proviene de la misma naturaleza, porque hay que negarle la participación a la naturaleza desde nuestro punto de vista, limitándolo sólo lenguaje, entonces, por ejemplo,  el fenómeno analítico tiene que tratarse desde otra perspectiva, entonces por ejemplo, muchos autores han tratado de superar este problema de lenguaje, pero hay autores que por ejemplo como Quine qué ha visto esto de las dos escuelas que contienden, es decir, los analíticos y los empíricos, y en la filosofía esta dualidad causa algo así como un dogma, es decir una verdad establecida que no va a cambiar, que desde Kant que estableció esta diferenciación ya no ha variado lo que dice Quine es que efectivamente podemos superar esta etapa y plantear otro esquema distinto, ya no sólo amparándonos en el lenguaje, [en criterios sobre] sinónimos etcétera, sino planteando un punto de vista que supere la limitación lingüística que vendría a ser un enfoque mucho más este directo sin caer en el dogma de la experiencia, pero reconstruyendo sistemas de reflexión sobre la misma naturaleza.

GFQ: Ajá, justamente ahí vamos a ir a este acápite. Un aspecto muy valioso de tu voluminoso texto es que presentas lecturas de la corriente anti-epistemológica; ahí está [Martín] Heidegger, [Paul] Ricoeur, y Richard Rorty, sin embargo, los lectores nos preguntamos ¿y qué pasó con [Karl Otto] Apel, qué pasó con [Hans-Georg] Gadamer, qué pasó con [Jürgen] Habermas?

VMH: Bueno como decía al comienzo a veces uno hace una selección y empieza segregando a otros autores. En realidad al final del texto hay un texto Richard Rorty: “ De la epistemología la hermenéutica” que rompe todo el esquema del discurso inicial, ¿Por qué? siempre se ha creído que los tópicos hermenéuticos no entran a la epistemología, pero ya desde la década del 70 había ciertas dudas sobre ese criterio, en realidad los métodos que no son de la ciencia ayudan a la ciencia, los sistemas los enfoques que no son propiamente la ciencia deben insertarse dentro de la filosofía de la ciencia. Por ejemplo yo tengo una anécdota en un curso de epistemología un estudiante maestría protestó con mucha impaciencia porque en el texto había de Martín Heidegger la parte introductoria de El ser y el tiempo en la selección de lecturas, porque si hay un debate sobre la metafísica debe haber un autor que justamente represente la otra opinión, entonces se debe insertar la opinión contraria, pero [él] no estaba de acuerdo porque solamente la filosofía de la ciencia debe tratar tópicos científicos. El error es esto, los tópicos científicos tienen especulación de este tipo [metafísico]; en Heidegger por ejemplo, reconozco mucho que El ser y el tiempo ha moldeado lo que hoy día sería una visión amplía de la ciencias sociales, sin entrar al campo las leyes físicas, ha planteado un esquema interpretativo que es necesario retomar: ¡ir a las cosas mismas! y el método que plantea Heidegger es eso: “ir a las cosas mismas” a eso lo llama método fenomenológico lo cual convendría en coincidir con un método científico.

GFQ: Y justamente, ir a las cosas mismas, presenta su libro una la lectura bastante candente es la epistemología de las Ciencias Sociales o la epistemología del hombre por parte de [Jean] Piaget y esto da motivo a una pregunta al autor: ¿Crees que efectivamente las Ciencias Sociales deben ser objeto de un tratamiento epistemológico o un tratamiento hermenéutico?

VMH.: Buena pregunta, aquí hay un debate. La filosofía de la ciencia tiene áreas regionales, llamemos epistemologías regionales y dentro de estas epistemologías regionales las Ciencias Sociales deben tener un trato distinto al de la epistemología las Ciencias Naturales. Ya a este problema lo había visto Habermas en la Lógica de Ciencias Sociales, Piaget también ya había tratado este problema respecto si el enfoque metodológico de las Ciencias Naturales correspondía en igual razón al enfoque de las Ciencias Sociales y este debate siempre es de nunca acabar, es decir, ¿podemos utilizar métodos de las Ciencias Naturales a las Ciencias Sociales? y la respuesta es no, es muy limitado, es muy restringido solamente en ciertas áreas de las Ciencias Sociales se pueden tratar esos temas aquí hay que insertar otro sistema que no es propiamente el de las Ciencias Naturales.

GFQ: ¿Crees que el anarquismo epistemológico de Feyerabend ha dejado abiertas las puertas para una razón no empírica y más abierta a lo metafísico?

VMH: Bueno, Feyerabend para mí es un autor, si se quiere, que rompe los esquemas de todo lo que nosotros llamamos “reinado epistemológico popperiano”, se ve trabado justamente por la crítica justa de Feyerabend, la razón que postula Feyerabend no es la razón rígida, mecánica aplicada a los sistemas científicos. Porque hay una queja; Popper plantea que los métodos científicos deben seguir una regla establecida, [dice Feyerabend que] los científicos nunca operan según las reglas de Popper, los fenómenos ocurren y los científicos no están siguiendo una regla metodológica tal como Popper a predicho, ese es el problema que plantea Feyerabend, ningún científico parte del enunciado popperiano, cuando surge, emerge un fenómeno, el científico no se preocupa por falsar ese problema, sino tiene un esquema de razón muy distinto al planteado por el racionalismo crítico de Popper, ese esquema es, si se quiere, totalista, pero también lo que plantea Feyerabend es el pluralismo metodológico y eso nos trae el problema de la inconmensurabilidad: no hay un solo enfoque para plantear la evolución de la ciencia.

GFQ: Ajá, ¿y cuál es tu opinión sobre la posición de Mario Bunge cuando afirma la existencia de datos meta empíricos en la ciencia?

VMH: Bueno eso de lo meta-empírico hay que tratarlo con mucho cuidado, por qué razón; los actos de experiencia tienen cierto tipo de convencionalidad dentro del registro de conceptos, entonces por ejemplo, hay datos sensoriales, percepciones, en fin, que pueden traducirse a cierto tipo de enunciado, pero eso no son enunciados que puedan seguir un nivel exacto dentro de todo el proceso [del conocimiento]. Los datos meta-empíricos representan un momento en la experiencia humana pero pueden cambiar.

GFQ: Claro. Ahora vayamos a una pregunta externa al libro, pero que tienen que ver con el libro. La filosofía peruana en los últimos 25 o 30 años ha puesto en disposición de los investigadores varios textos de epistemología; tenemos el libro pionero de nuestro querido maestro Julio Sanz y luego han seguido nuestros amigos y colegas investigadores, ha seguido Carlos Alvarado de Piérola, también tenemos el libro de Víctor Baltodano Azabache y entre otros, entre los más importantes,
VMH: También tenemos a Luis Piscoya…
GFQ: Piscoya, evidentemente ¿Cuál es tu opinión sobre la presencia de las principales tendencias en la epistemología peruana?

 VMH: Bueno como plantearnos el problema la filosofía peruana todo es calco, copia seguimos dependiendo de un centro que es Europa, Estados Unidos respecto a la reflexión,  yo valoro mucho trabajo de muchos autores peruanos porque en realidad plantean esquemas que puede ser críticas interesantes, por ejemplo son libros que han publicado que tienen un impacto importante dentro del nacimiento de esta nueva disciplina [en el Perú], hay libros que son de divulgación, -el caso mío-, hay libros que son de análisis lógico, le dan mucha importancia a la lógica dentro de la epistemología, hay otros que en cierta medida tienen cierta influencia francesa y de todas maneras, los textos todavía no están, -estamos- reflejando la tradición europea acá en nuestra tierra, lo que falta es que [al] asimilar la tradición europea, nosotros planteemos nuestros propios esquemas epistemológicos, desarrollemos nuestros propios criterios respecto a la filosofía de la ciencia que nosotros concebimos aquí, entonces el conocimiento es universal, entonces deberemos generar cierto tipo de nuevas propuestas sobre la evolución de la filosofía de la ciencia y eso es un poco difícil, he visto que en [algunas] Universidades epistemología se dicta [enseña] sólo como lógica, si una tradición que no es la nuestra, en otros casos dicta como historia de la ciencia, y en último caso, se dicta solamente como ciencia o como meta-ciencia y este es un problema que debemos nosotros romper o formar una Tradición de una disciplina mucho más dinámica respecto a la evolución de las ciencia en el Perú.

GFQ: Tú eres un hombre académico y puedes dar una respuesta a esta interrogante: ¿Crees que la universidad peruana motiva, promueve un ambiente propicio para que se dé  una propuesta epistemológica de los propios creadores peruanos?

VMH: Bueno, eso sería lo ideal, pero no hay Política de Estado respecto a investigación científica, la CONCYTEC* es un buen ensayo de investigación, pero si tú ves todo lo de la CONCYTEC está referido a Ciencias Naturales, no hay Ciencias Sociales, no hay filosofía, ósea se cree que la parte inmediata es lo importante. No hay política de Estado y la Política de Estado quiere decir: “señores acá hay un presupuesto sólo para investigación, el investigador debe dejar de dictar clases, debe dedicarse a producir [conocimientos], el investigador debe publicar sus investigaciones, debe haber un camino donde el investigador publique”. En la universidad ¿cuánto gana un investigador? En mi Universidad un Profesor Principal a 40 horas a dedicación exclusiva menos de 300 soles [110 dólares]  ¿Quién va a investigar con menos de 300 soles? Eso es un chiste a veces yo me río, en la acreditación [universitaria] solicitan que la Universidad investigue, que el docente investigue y le dan menos de 300 soles para cada mes, para investigar, un solo libro cuesta más de 300 soles entonces, imagínate la carencia, la ausencia Política de Estado sobre investigación nos dice mucho de las clases políticas que dirigen este país: no les interesa la ciencia, no les interesa la cultura, lo único que yo puedo ver por ejemplo, es en el canal 7 un programa cultural, dos programas culturales, lo demás /…/ eso dice mucho de cómo el Estado trata a las Universidades, ¡las trata mal!

GFQ: Efectivamente, estamos ante una realidad espantosa, crees tú que a esta realidad verdaderamente que denigra el planteamiento fundamental que es una Universidad, su fundamento humanista, ¿crees tú que el espíritu mercantilista de la Universidad también conspira contra el propio investigador?

VMH: Así es. Es que el problema de las Universidades es que no entienden todavía la función del investigador científico. Creen que el investigador debe ser una persona que esté dispuesta a gobernar, a tener función administrativa, función académica en las clases y se olvidan que el investigador es esencialmente en un hombre de campo, todo investigador requiere un tiempo especial, una inversión porque salir a investigar no es que uno de su bolsillo saque el dinero, requiere una inversión, requiere gasto público, requiere proveerlo y también requiere resultados, que ese investigador lo que ha investigado lo produzca y lo comunique a la comunidad, eso no existe. El mercantilismo es: bueno se crea una universidad nueva y se empieza a cobrar menos en detrimento de las Universidades que tienen prestigio, ¿para qué? porque eso solamente se hace en el momento de un negocio, entonces por ejemplo, la calidad humanística todo eso se compra. Yo he sido testigo como muchos [investigadores] han tenido que transar así, porque no le queda otra alternativa sino irse a esas universidades para tener algo más para subsistir. Entonces, por ejemplo, el investigador nato que hay en potencia se va perdiendo poco a poco.

GFQ: Efectivamente, lo que ha dicho es una cruda verdad, sin embargo, tú también eres un destacado investigador de la filosofía precolombina el pensamiento ancestral la pregunta cae por su propio peso: ¿Crees que es posible hacer epistemología del pensamiento precolombino o del pensamiento filosófico ancestral?

VMH: Sí, las categorías, términos, definiciones epistemológicas ayudan a comprender mejor. Toda la evolución del conocimiento autóctono que hemos tenido en el Perú, -y eso causa mucha sorpresa-, porque, sólo en un caso, la Historia de las matemáticas, la epistemología ayuda mucho a entender los procesos de formación de conceptos que no son propiamente “científicos” como los europeos, pero son conceptos de sabiduría que a veces van más allá, más adelante de los mismos europeos, sólo Joseph de Acosta dijo sobre el sistema contable [Inka] “el sistema contable que tienen acá estos pone ‘indios’ nos hacen grandes ventajas” ¿porque lo decía? porque él había visto como sumaban restaban en los khipus y como los conceptos de los valores, de los números tenían una acepción distinta a los europeos, pero funcionaban mejor. Entonces, por ejemplo, cuando uno empieza desde la epistemología ya con otros ojos a ver la evolución del saber, ya tiene de otro nivel de conocimientos que en la humanidad no se ha perdido, pero si todavía requiere que muchos investigadores entren a ese tema, ya hay investigadores que han entrado a este tema, eso sí yo estoy contento, entran a ver los problemas matemáticos, los problemas de la astronomía, los problemas inclusive la planificación de los sistemas urbanos, la arquitectura en fin, toda la sabiduría si uno resumen en el Perú es una sabiduría que deja estupefacto a cualquier investigador. Todo esto trae una sorpresa respecto a sistemas distintos de sabiduría que se han generado en otras civilizaciones, el caso nuestro es el más sorprendente por los logros.

GFQ: Finalmente, tu voluminoso texto de epistemología hace pensar qué estás preparando ya un texto universitario de epistemología misma.

VMH: Sí, en realidad este texto requiere una opinión personal, como te dije no se trata de recibir y repetir lo que otros autores han dicho, sino se trata de proponer esquemas alternativos, proponer críticas alternativas y procesos alternativos. La originalidad que uno debe tener es: no copiando los sistemas que vienen de afuera, sino planteando críticas y esquemas distintos a los que ya se ha visto. Por ejemplo, tomo el caso de Juan Bautista Ferro, en el año 78 hizo una crítica a Popper muy interesante sobre la validez de los criterios empíricos y la falsación y, por primera vez, veo a un autor peruano como Juan Bautista Ferro hacer una crítica directa a un autor, cosa que esa tradición no hay generalmente en la nueva generación, hay que hacer críticas valiosas para generar [nuevos] sistemas alternativos, esa es una tarea que para adelante requiera todo pensador.

GFQ: Muchas gracias Víctor Mazzi esperamos nuevas novedades bibliográficas y tu investigación fecunda, hasta la próxima.

 * CONCYTEC: Siglas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, organismo del Estado encargado de regular la investigación científica en el Perú.



domingo, 15 de junio de 2014

Los Intelectuales en la Historia y Destino del Perú*

Edgar Montiel.

Hablar hoy de "Intelectuales", de "Historia" y de "Destino del Perú" tiene algo de diagnóstico, de pronóstico y de propuesta. Ayer se hablaba en términos de "problema y posibilidad" ¿Cuál es el rol de los intelectuales en los destinos del Perú? ¿Cuál es el lugar del pensador, el creador y el productor en la sociedad peruana? ¿Cómo abordar los retos del futuro desde un Perú intercultural, inmerso en un mundo global y complejo? ¿Con qué visión? ¿Con qué conceptos?

Inka Garcilaso de la Vega durante la redacción de Los
Comentarios Reales de los Inkas. Pintura de Francisco Gonzáles Gamarra.
biquémonos en la Historia. Volver inteligible una realidad histórica, geográfica y cultural como la peruana, de una urdimbre densa y antigua —que no es lineal en nada— fue un enorme desafío que surgió en las azarosas circunstancias de la Conquista, cuando se inicia la implantación del nuevo orden andino. A pesar de la adversidad, en medio de la desestructuración del mundo incaico provocado por la instauración violenta del orden colonial, surgieron mentes preclaras que se esforzaron por entender, mediante el logos escrito y las imágenes, lo que iba a ser esa entidad emergente llamada Perú. Así surgió, desde el principio de la Conquista una preocupación prospectiva por esa realidad naciente. Como se sabe, los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega no fueron comentarios sobre la realeza nobiliaria sino "comentos de la realidad" social y política circundante, para rectificar a los cronistas españoles que no hablaban quechua. Otro esfuerzo, con otro lenguaje, fue el del entrañable Guamán Poma de Ayala con el Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno, quien se propuso objetivos semejantes: saber y dar a conocer como era la sociedad que surgía de los cambios y cómo servirse de las instituciones del pasado para la gobernanza del presente. Así el Inca Garcilaso, Guamán Poma de Ayala y Juan Santa Cruz Pachacuti conformaron el primer corpus intelectual que, desde la mirada andina, avizoró la nación surgente, un mensaje "a los tiempos venideros, que es cuando más sirven las historias", como resumió Garcilaso.
Guamán Poma por él mismo. Dibujo
donde se autoretrata caminando
por los Andes del Perú.
Hoy en día —horas antes del mundial de futbol en Brasil- impulsados por la comunicación satelital y un mercado globalizado, todos los pueblos del mundo estamos embarcados en un viaje civilizatorio sin retorno, que tiene como destino una ciudadanía intercultural planetaria. Nuestra Historia ha dejado registro de personas que con su vida y sus obras han anticipado este escenario. En el caso del Inca Garcilaso, cuzqueño, mestizo de la primera hora, migrante, poliglota, traductor, escritor y soldado con la pluma y con la espada. Reivindicó temprano su condición de mezclado (Montaigne), por pertenecer a la generación fundadora nacida en la Conquista: "me llamo yo a boca llena y me honro con el" dijo el mestizo cusqueño. Sobre la obra de Garcilaso queda todavía mucho por hacer.

El mundial de futbol del Brasil, que en unas horas inmovilizará ante sus televisores a dos mil millones de personas, podría constituir la metáfora óptima de la modernidad extrema. Una muestra de lo que el conocimiento, la ciencia, la tecnología ha logrado para construir una economía global, un turismo de masas y una comunicación planetaria. También es una muestra de la alienación masiva por la vía del espectáculo, la reducción de la capacidad crítica, donde cualquier patada pasada en cámara lenta adquiere una dimensión lirica...

Pero en esta hora cumbre de la modernidad extrema hay que recordar —porque a veces se silencia interesadamente- la contribución de América a la Modernidad. Repasar y repensar la genealogía de la modernidad. Tener presente que el siglo XVIII produjo mucho y América tuvo, en el ámbito de la política y de las nacientes Ciencias Sociales, una capacidad de experimentación. Así, hay que reclamar para nuestra región una contribución al humanismo renacentista, y en general al surgimiento de la Modernidad. La primera prueba de esta contribución es el crucial debate que se dio en 1551 entre dos grandes figuras: Fray Bartolomé De las Casas -que se esfuerza por hacer legible los saberes de la América lejana y desconocida- y el Padre Juan Ginés de Sepúlveda -el mejor tratadista y filósofo político europeo de ese momento—, nada menos que para contender sobre la condición humana o no del hombre originario de América. Detrás de las tesis de Las Casas se encontraba la Escuela de Salamanca -encabezada por Francisco de Vitoria— quien elaboró las primeras bases conceptuales de lo que serían el Derecho Natural, Derecho Internacional y Derecho de Gentes. Estos principios iban a servir dos siglos después, para generar toda la teoría del Derecho Natural que sirvió para el proceso de Independencia en las Américas y las ideas de Libertad e igualdad individual en la Revolución Francesa.

A la luz del efecto desencadenante que juegan las fuerzas productivas en las Ideas y las acciones de los hombres, hagamos un repaso del proceso independentista. El movimiento de independencia de las Américas se gesta a lo largo del siglo XVIII y tiene su periodo cimero en 1776 con la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos y la guerra de Independencia de 1780 a 1783, exactamente en el mismo periodo en que se produce una rebelión separatista en el sur, liderada por José Gabriel Túpac Amaru. El levantamiento se inicia en Tungasuca con una Declaración que pone al Bien común al centro del movimiento, proclama la libertad de los esclavos, la reducción de los impuestos y el respeto a los pueblos originarios, e invita a la concordia entre los pueblos del común. Una rebelión fundada en conceptos modernos, donde se advierte la huella de los círculos intelectuales del Cusco y Lima, donde José Gabriel anudó compromisos con comerciantes indios nobles, mestizos y criollos interesados en el desarrollo de las fuerzas productivas. Este levantamiento fue atrozmente reprimido, siguiendo los protocolos de la dinastía borbónica cuando se atenta contra el Rey. El castigo fue extremadamente violento, traumático. El Rey decretó que había que desaparecer a todos los Túpac Amaru a quienes se aplicaron severas penas, y decretó una revolución contracultural, contra todo el legado inca: vestidos, pinturas, fiestas, músicas, ceremonias; se dispuso desaparecer los ritos y las fiestas "paganas", se prohibió la circulación de los Comentarios Reales. De todo esto fue testigo un niño de once años. Fernandito Túpac Amaru, llevado a la fuerza a Cádiz, donde se educó en las escuelas pías. Estaba interesado por lo que pasaba en Paris y siguió de cerca los acontecimientos de la Revolución Francesa y el proceso de la Independencia.

El acceso a nuevas fuentes documentales y la conceptualización de nuevos enfoques historiográficos permitirían una seria revisión del relato histórico. La historia de la Independencia merece volver a ser replanteada a la luz de documentos provenientes de Inglaterra, Francia, España y de Norteamérica, como son los papeles de los embajadores norteamericanos en París y Londres, como Benjamín Franklin, Thomas Jefferson, Governeur Morris, John Adams, Rufus King. Entre estos papeles están los informes de Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, el joven jesuita expulsado a Italia. Cuando se produjo el levantamiento de Túpac Amaru, se convirtió en informante y consejero de la Corte Inglesa sobre los alcances del movimiento tupacamarista. En 1781-1783, los ingleses ya disponían de un informe detallado de lo que había sido este levantamiento gracias a la visión estratégica y la experiencia de Vizcardo y Guzmán. Era lo que ahora se podría llamar un "agente de inteligencia", tenía una visión intelectual y operacional de los procesos.

Lo que surge de estos materiales es que los procesos de Independencia de América del Sur y el de América del Norte forman parte de un mismo proceso de Independencia continental, que arrancó temprano, desde 1750, con levantamientos y proclamaciones. Llama la atención que la guerra de Independencia de los Estados Unidos se diese en el mismo momento en que Túpac Amaru estaba luchando en el Sur. Los españoles estaban preocupados de una eventual injerencia inglesa, pues ya estaban presentes en el Río de la Plata. En Arequipa hay un documento que menciona la Independencia de las colonias del Norte. En 1780 en Filadelfia se editaban muchos libros revolucionarios y fue donde se juntaron los expulsados de los virreinatos de México y Perú con Thomas Paine, Thomas Jefferson, John Adams, George Washington. En París se lee al Inca Garcilaso, autor de referencia gracias a la edición de los enciclopedistas (1744, conocida como edición Jardin du Roi), edición leída por Condorcet, Voltaire, Montesquieu. También hubo un circulo revolucionario que se hizo llamar Pachacútec, el "reformador del mundo", donde se encontraban los amigos de Jacques Pierre Brissot, el "americano", cabeza de los girondinos y decapitado en la época del Terror, hispano­-hablante, cercano a Francisco de Miranda, había estado en los Estados Unidos y conocía bien la situación de las colonias ibero-americanas.

En el Perú el Inca Garcilaso y Guamán Poma sentaron temprano las bases de una tradición interpretativa que luego seguirían Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, José Sánchez Carrión, Manuel Lorenzo Vidaurre, Hipólito Unanue, Manuel González Prada, Luis E. Valcárcel, Víctor Raúl Haya de la Torre, Víctor Andrés Belaunde, los hermanos García Calderón, Raúl Porras Barrenechea y Jorge Basadre. Todos ellos participaron en la construcción de las bases conceptuales para el surgimiento de grupos intelectuales consistentes, y es en este contexto que se explica el surgimiento de hombres como José Carlos Mariátegui, herederos de los pensadores e intérpretes de primera hora, quienes lograron avances fundacionales muy importantes. En la construcción colectiva del conocimiento en las Ciencias Sociales y humanas, Mariátegui ha jugado un papel de primer orden, gracias a sus 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Aportó una nueva visión por la realidad americana, suficiente para generar una ruptura epistemológica: los enfoques pre-mariateguistas quedaron como "arcaicos", y al mismo tiempo se abrían las puertas para entrar en el post-mariateguismo.

El primer avance que se logró con Mariátegui es su método: fue un marxista, pero no ortodoxo y repetidor, sino con una visión hermenéutica de la historia. Fue a su modo, un cientista social que leía, citaba sus fuentes, investigaba, daba cifras, interrogaba a los diferentes actores sociales: campesinos, obreros, estudiantes o científicos. Mariátegui se desmarcó de cierta prosa dispersa, de los años 30, por su elegancia, exactitud, frases cortas, y sus propuestas programáticas. Esa tradición han seguido ensayistas como Carlos Fuentes, Eduardo Galeano, Ernesto Sábato y Mario Vargas Llosa. La obra de Mariátegui ha tenido un impacto en el ámbito intelectual y menos en el ámbito político, porque lleva una propuesta, un programa de cambios. En los años 60 y 70 Perú ha experimentado un notorio desarrollo del pensamiento social y filosófico, y se puede afirmar que hay una escuela de Ciencias Sociales en el país. Pero en contrapartida, desde el punto de vista político, de Estado, no se ha traducido significativamente en la práctica. Hemos creado todo este cuerpo de ideas, sin embargo, en términos de acceso al poder e influencia en el Estado y el Gobierno, no ha habido grandes progresos. De modo que el programa de Mariátegui y de sus herederos en el trabajo de diagnóstico y propuesta nacionales sigue pendiente de realización.

Esas son tareas pendientes que Mariátegui no tenía por qué haberlas pensado porque actuó en una época diferente. Por eso es preferible, cuando se trata de ponderar el aporte de un pensador, de hacerlo en términos de contribución cognoscitiva a la construcción del proyecto nacional, y no en términos de "vigencia" en el tiempo. Gracias a Mariátegui y la herencia de los pensadores que lo precedieron se produjo un cambio cualitativo en el análisis de la realidad. En esta tradición se inscriben intelectuales contemporáneos que han proseguido este esfuerzo hermenéutico: Augusto Salazar Bondy, Gustavo Gutiérrez, Francisco Miró Quesada, José Matos Mar, Aníbal Quijano, Alberto Flores Galindo, David Sobrevilla, Sinesio López, Hugo Neira, Ricardo Melgar, Nelson Manrique, Hernando de Soto, y una fecunda generación emergente de científicos sociales que despunta hoy en día. Estos intelectuales forjaron, generación tras generación, una tradición de pensamiento estratégico preocupada por elaborar exámenes de la realidad que les permitieran responder a los retos de su tiempo. Pusieron de este modo el Conocimiento al servicio de la Política —nótense las mayúsculas— como la contribución propia de los intelectuales a la construcción colectiva de la nación. Los monumentos heredados del pasado por si solos no fundan una nación. No habría nación peruana, como concepto cultural y político, sin un discurso de esta identidad colectiva, y un relato de su actuación histórica. Esta construcción fue y es obra de los intelectuales. Hay que reconocer esta contribución capital de los intelectuales -como categoría social- a la construcción del proyecto de vida nacional, y atribuirles un rol relevante en las funciones de Estado y de Gobierno. Por ahora esta categoría social, cuyo oficio es conocer y pensar el Perú, está excluida de las funciones de Estado.

Los intelectuales tienen un rol de primer orden para enfrentar los desafíos de hoy. Útil seria adoptar la misma actitud de Mariátegui ante González Prada, cuando se trató de hacer un balance: "Hay que emular al maestro en el espíritu y no en la letra". El espíritu de José Carlos Mariátegui fue el de la creación, ante los desafíos de su época. José Carlos supo ser innovador en sus métodos, enfoques y propuestas. Al respecto, vale la pena anotar que en ciertas prácticas intelectuales de hoy se advierte la ausencia de una visión estratégica en los temas que se abordan: muchos estudios de micro-realidades que no se inscriben en una visión de conjunto, abundan diagnósticos de los problemas sociales que no aportan las propuestas remediadoras, como si estuviéramos lisiados para la inventiva social y política. Vemos por Historia que tenemos una tradición en materia política, de creatividad, pero no le damos el debido valor. En contraste, vemos que en la región se están dando procesos sociales innovadores y alternativos, de gran interés para los pueblos, avances que se consagran en sus Constituciones (Bolivia, Ecuador, Chile). Las nuevas generaciones debemos estudiar estos fenómenos propios de la región, como la institucionalización de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC, y de Suramérica, UNASUR, como entidades rectoras del autogobierno continental. La participación de Brasil en el BRIC, junto con Rusia, India y China. Hay una preocupación por responder a las realidades latinoamericanas, ser creativos en el plano de la política, la tecnología, del saber y generar propuestas políticas. Debemos forjar los puentes entre el conocimiento y el ejercicio de la política. El personal político del Gobierno no cuenta con visiones estratégicas, prospectivas, hermenéuticas y no están en sincronía con la necesidad de innovación, reforma; hay poca creatividad política, social y tecnológica. Hay poca honradez. En este escenario, la Universidad primera del Perú tendría mucho que decir y hacer.

Actualmente, el Perú y América latina pasan por un periodo memorial marcado por las solicitudes historiográficas del Bicentenario de la Independencia. En ese contexto se inscribe la próxima conmemoración del cuarto centenario del fallecimiento del Inca Garcilaso (2016) y la celebración el 2017 del cuarto centenario de la publicación de la Segunda parte de los Comentarios Reales (publicado post-mortem con el título no autorizado de "Historia General del Perú"). A pesar de esta notable carga memorial el Estado peruano no cuenta todavía con una Política Pública de la Memoria, que se ocupe de manera sistemática y concertada — con Ministerios, Universidades y Sociedad Civil — de la gestión democrática de la memoria histórica, su apropiación cognoscitiva por la sociedad, y su necesaria transmisión a las nuevas generaciones, vía la educación y los medios de comunicación. Los pueblos necesitan alimentar su memoria, eso los cohesiona y refuerza su sentido de pertenencia como comunidad (Ver al respecto El poder de la cultura, FCE, 2010).

Por ahora, la agenda de Gobierno no incorpora los intangibles de la Historia y la Cultura en la canasta básica de la conciencia ciudadana, sin los cuales se dificulta construir día a día la Nación, la Sociedad, y la República. Efectos visibles de ésta ausencia es concebir la celebración del Bicentenario de la Independencia como día totémico, el 28 de julio de 1821. Así se silenciaría injustamente los movimientos sociales que en el siglo XVIII se rebelaron primero contra el imperio colonial, cuya expresión mayor fue la rebelión liderada por José Gabriel Túpac Amaru. Esto se tomaría como una negación al Derecho de Memoria de los pueblos andinos y una adhesión a una visión parcial, limeña y criolla, de la independencia. La historiografía continental reconoce esta Rebelión como el primer movimiento sudamericano de independencia del poder colonial (ver Porras Barnechea, Bodislao Lewin, Carlos Daniel Valcárcel, Charles Walker, Scarlet O'phelan).

A pesar de la atonía oficial, hay una actividad efervescente del lado de la sociedad como de Universidades y Facultades; frecuentes debates que, desde enfoques históricos, discute temas literarios, políticos, económicos, filosóficos y propiamente históricos.

Honorable Señor Rector:

Si en el pasado fue en San Marcos donde se pensaba el Perú y de donde egresaron los equipos dirigentes de la Sociedad y el Estado, la pregunta es cómo hacer hoy para que San Marcos retome su misión esencial de pensar y estructurar la nación peruana de nuestros días y poder incidir con eficacia en los destinos del país. Honrado por este Reconocimiento como Profesor Honorario de la Universidad Decana de América, habituado como estoy a pensar y actuar, permítame hoy plantear un Plan de Trabajo a realizar en San Marcos en los próximos años:
1.       Cumplir con algunas deudas pendientes con los intelectuales indígenas y mestizos de la primera hora como el Inca Garcilaso de la Vega, Guamán Poma, Juan Santa Cruz Pachacuti. Ver dónde están sus textos originales. Identificar quienes los han leído y qué influencia tienen sobre ellos. Hay grandes autores que han sido lectores del Inca. Identificar que autores les han influido.
2.       Crear un Premio Nacional de Ensayo para autores jóvenes, menores de 30 años, que con un enfoque innovador aborden los temas cruciales de la realidad peruana de nuestro tiempo.
3.       Para incidir en las políticas de Estado, recomiendo crear en San Marcos una Escuela Nacional de Gobierno, ENGO, donde se formen los cuadros intelectuales y técnicos que se incorporen al trabajo del Estado, en la capital y los departamentos. No hay Reforma del Estado, Descentralización y Gobiernos Regionales si no se forman esos tejidos dirigentes honrados y capaces para la gobernanza a nivel local y nacional. Dejo en sus manos, Honorable Rector, la creación de esta Escuela. (Ver nuestro libro "Gobernar es saber. Formar Hombres y Mujeres de Estado para la Nación" FCE Lima 2006).
4.     Complementario del punto 3, promover una línea de investigación y de acción en materia Intercultural, de modo que este concepto sea operacional en las políticas públicas de la Educación, la Salud, la Seguridad, la Ciudadanía, la Economía la Publicidad, la Diplomacia, la Memoria. La interculturalidad es una característica de la globalización actual, y es nuestro deber gobernar este concepto en favor del desarrollo armónico y durable del Perú.

En el mundo vivimos hoy, entretenidos por la imagen — las cámaras convierten todo en espectáculo somos parte de los 1,200 millones de viajeros anuales y aportamos a esa fusión de culturas que sirven a la configuración de identidades múltiples. Testigos de la erosión de los epistemes hegemónicos nos interesan más los pensamientos alternativos, interdisciplinarios, postcoloniales, que sirvan a repensar a fondo los procesos históricos (se acabó la matriz única, la razón surge de todas partes: China, India, América, Europa, etc). Todo esto conduce a una revisión raigal de los modelos de vida, de convivencia con la naturaleza, de hábitos de pensar, de participar en la economía, la política y la sociedad.

Para gobernar esa nueva ola de conflictividad socio-cultural que surgen con los cambios — como la exclusión y el racismo — la interculturalidad resulta un medio suave — softpower— para desactivar los miedos, pues conociendo a nuestros semejantes, compartiendo nuestras culturas, música, comidas, nuestros modos de pensar, trabajar, bailar, orar y amar, nos preparamos colectivamente a una interacción cordial, fraterna y provechosa para la colectividad toda. Este es el sentido de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, aprobada en el 2001, de orientar los apremiantes cambios socio-culturales del mundo. En su artículo primero reconoce que "la diversidad cultural es un patrimonio cultural de la humanidad" y que al ser "fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos".

Esto es ciertamente un tremendo reto para los gobiernos y los ciudadanos. Necesitamos aprender nuevas formas de gobernanza, a eso deberán servir las políticas inclusivas en lo social e innovadoras en sus enfoques, la incorporación de la dimensión intercultural en los servicios de salud y de justicia, el debido respeto a las memorias, el fomento de una educación intercultural, y la práctica de una comunicación social respetuosa de la diversidad. Acciones que reducen la conflictividad. Por fortuna no estamos solos, podemos contar con la sabiduría colectiva y con la poderosa experiencia de intelectuales heroicos como el Inca Garcilaso, Guamán Poma de Ayala, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Hipólito Unanue, Flora Tristán, Manuel Gonzáles Prada, José Carlos Mariátegui, Raúl Porras Barrenechea, Jorge Basadre, José María Arguedas, a quienes convocamos aquí y ahora. Ante este cambio de época, no invocamos sus nombres en vano.

Sala Capitular, Antigua Casona de San Marcos. Lima, 12 de junio 2014

*Conferencia en Ceremonia de Reconocimiento como Profesor Honorario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Reproducido con autorización expresa del autor, con su agradecimiento al cuerpo docente y autoridades de la Facultad de Letras, quienes propusieron al Rector de San Marcos conceder dicha distinción académica.

Edgar Montiel. Economista, filósofo, ensayista y funcionario internacional. Doctor en Desarrollo Económico y Social, y Diplomado de Estudios Avanzados en Filosofía Política, por la Universidad de París I, Pantheón-Sorbone. Como ensayista es autor de los siguientes textos: El humanismo Americano (FCE, 2001); El Nuevo Orden Simbólico (SECIB, Madrid, 2002); Hacía una mundialización Humanista (UNESCO, París, 2003); Gobernar es Saber, Formar Hombres y Mujeres de Estado (FCE, 2005) y, El Poder de la Cultura. Recurso estratégico del desarrollo durable y la gobernanza democrática. (FCE,2010).

jueves, 12 de junio de 2014

LOS PRIMEROS AÑOS DEL GENIO: JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LA CHIRA



Escribe: Jorge Rendón Vásquez
Cuando ingresé a la Secundaria, en el Colegio Nacional de la Independencia, en la Arequipa de 1944, José Carlos Mariátegui era ya un mito. Unas semanas después, el hermano menor de mi madre, un estudiante de derecho fascinado por alguna musa de la poesía épica, me permitió tomar de su biblioteca el libro “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”.

Mientras me deslizaba por sus páginas de prosa limpia y elocuente pude vislumbrar, entonces, más intuitiva que racionalmente, la sustancia de la que estábamos hechos los habitantes de la Calle Nueva donde yo vivía: obreros, artesanos, empleados, ínfimos comerciantes y policías, casi todos mestizos; mujeres que iban al Mercado de San Camilo a abastecerse; y niños y jóvenes que asistían a las escuelas públicas, al Colegio de la Independencia y, uno que otro, a la universidad.

Muchos años después quise saber cómo habían sido los primeros años de José Carlos Mariátegui a quien mis amigos y yo veíamos como un maestro joven, de mirada inteligente y afable, y presto a responder nuestras preguntas con una erudición nada presuntuosa. Nadie pudo darme esta información hasta que 1975 apareció el primer tomo de su biografía (“La creación heroica de José Carlos Mariátegui”, Lima, Editorial Arica) debida a la acuciosa y exacta pluma de Guillermo Rouillón, otro amigo que trabajaba en la Biblioteca de la Universidad de San Marcos.

José Carlos Mariátegui La Chira nació el 14 de junio de 1894 (hace ciento veinte años). Su infancia fue por demás mísera, penosa y angustiante. Y, sin embargo, su genio precoz la convirtió en un paseo maravilloso de la imaginación.

A los veintidós años, Amalia La Chira Ballejos, su madre, hija de un talabartero piurano avecindado en Sayán, fue enamorada por su padre, Francisco Javier Mariátegui y Requejo, sobrino de Foción Mariátegui y Palacio, cuya esposa era propietaria de la hacienda Andahuasi, productora de azúcar, adonde Francisco Javier había ido a trabajar como empleado de confianza. Embarazada Amalia, Francisco Javier se desentendió de su responsabilidad. Pasó el tiempo y nació una niña que murió poco después. En su lecho de agonía, el padre de Amalia le llamó la atención, y Francisco Javier tuvo que casarse con Amalia el 1 de mayo de 1882. Se equivocó, no obstante, al consignar sus datos personales. Dijo llamarse Francisco Eduardo, tener veinticuatro años cuando ya tenía treinta y tres, ser hijo de Rosa Zapata y haber nacido en Macao. Dos meses después nació un hijo que murió, y luego una hija que también murió. En 1883, Francisco Javier abandonó el hogar conyugal para irse a la provincia de Santa, según dijo, dejando embarazada a Amalia. El niño concebido murió unos meses después. Siguió una reconciliación fugaz de Francisco Javier y Amalia, de la cual nació la niña Guillermina el 29 de diciembre de 1885. Francisco Javier se ausentó de nuevo hasta 1893, cuando Amalia vivía en Huacho, ayudando a su hermano Juan La Chira en la talabartería de éste y trabajando como costurera. De esta nueva reunión, Amalia resultó embarazada. Comprendiendo su difícil situación, una joven, amiga y clienta, de apellido Chocano, la convenció para que la acompañara a Moquegua.

Lima 1904. José Carlos Mariategui con su
hermano Julio César.
El niño que allí nació fue José Carlos Mariátegui La Chira, en cuya partida de nacimiento su madre se hizo registrar como viuda de Mariátegui, sin indicar los datos del padre. Algunos meses después, Amalia retornó a Lima con su bebé. Y, entonces, Francisco Javier reapareció y hubo otra reconciliación y un nuevo niño, Juan Clímaco Julio, nacido el 9 de diciembre de 1895.

Después de esto, Francisco Javier se iba de la casa y volvía, hasta que un día desapareció para siempre. José Carlos no lo conoció, y nunca le debió ni un pan, ni una caricia, ni una palabra.

El de trabajadora del hogar. Es de suponer que la comida de la casa debía de ser en extremo magra, y sus consecuencias fueron desastrosas para José Carlos. Cuando tuvo seis años, su debilidad lo postró y Amalia viajó a Huacho con sus tres hijos, donde podía contar con el auxilio de su hermano Juan. Allí puso a José Carlos en la escuela, en la que sólo pudo estar el primero y segundo de primaria. Cuando comenzaba el tercero, un niño apellidado Marcenaro le propinó un golpe en la rodilla, causándole una herida Amalia continuó alternando su trabajo de costurera con de la cual no pudieron curarlo y que dio lugar al traslado de Amalia y sus hijos a Lima. Gracias a la amistad de una clienta, José Carlos fue internado en la Clínica Maison de Santé en la que estuvo internado tres meses y medio. El diagnóstico fue tuberculosis ósea.

Lo operaron, dejándole como secuela una cojera permanente. Devuelto a su casa, permaneció dos años sin poder moverse. Amalia vivía en ese momento en dos habitaciones de una vieja casa situada en lo que es ahora la quinta cuadra del jirón Moquegua.

José Carlos ya no retornó a la escuela. Pero no se resignó a la inercia intelectual. Leía todo lo que caía en sus manos: periódicos, revistas y algunos libros que su padre había dejado en la casa, pertenecientes a su bisabuelo. Él debía ocuparse del hogar: ir de compras al mercado de la Aurora, en el jirón Cañete, preparar la comida y asear la casa, mientras su madre salía a trabajar. La comida seguía siendo escasa, y su debilidad y delgadez no remitían.

A los catorce años conoció en el barrio al obrero del diario La Prensa, Juan Manuel Campos, de algo más de veinte años, quien, advirtiendo su paupérrima situación y aislamiento, le propuso a Amalia llevarlo a trabajar con él. José Carlos se entusiasmó y Amalia dio su consentimiento.

Escultura homenaje a José Carlos 
Mariátegui realizado por el poeta 
Julio Carmona. Patio de Letras 
Universidad San Marcos, Lima.
El cambio fue para José Carlos revolucionario. Le abrió la puerta hacia la liberación de las brumas de la religión y la soledad que no habían podido ahogarlo en la desesperanza. Aunque afectado por la cojera, su cuerpo delgado se movía con celeridad cumpliendo sus deberes en la imprenta y haciendo los mandados fuera de ella con tesón e iniciativa. Sus posibilidades de lectura se incrementaron con los despachos de los cronistas y de las agencias de noticias, y con los diarios y revistas. Convencido Juan Carlos Campos de que José Carlos era un chico excepcional, lo inició en el manejo del linotipo y lo incorporó a las tertulias con los otros obreros de la imprenta, la mayor parte de los cuales eran anarcosindicalistas. Poco después, Campos lo llevó a la casa de Manuel Gonzales Prada, director teórico del anarquismo en Lima, a quien José Carlos ya había leído y le había hecho un poema.

Gonzales Prada le presentó a su hijo Alfredo, unos tres años mayor que José Carlos, con el que se hicieron amigos en seguida. Alfredo le abrió la biblioteca de su padre, una de las más completas de Lima en economía, política y literatura, y el mundo de la lectura se le extendió a José Carlos como un nuevo y maravilloso país.
Dos años después, José Carlos fue elevado a la jerarquía de cronista en el diario. Tenía ya dieciséis años. Su talento se expandía. Leía además en francés, lengua con la que había tomado contacto en la Maison de Santé con las monjas francesas que lo atendían y con las revistas de modas que su madre traía de algunas casas en las que trabajaba. Comenzó a escribir poesía y a firmar sus artículos con el seudónimo Juan Croniqueur que se popularizó, aunque nadie supiera quién era.

Con su sueldo la situación económica de su hogar mejoró. Buscó una casa con más comodidades y la halló en la segunda cuadra del jirón Rufino Torrico, y allí se trasladó con su madre y su hermano menor.

A los diecisiete años, la fisonomía de José Carlos presentaba las líneas de los La Chira que sus fotografías han inmortalizado: mirada penetrante que parecía verlo todo y hasta el interior de las personas, labios delgados, cabellera negra, frente regular, nariz afilada y perfil de contorno delicado. Vestía trajes oscuros, camisa y corbata de lazo. Se había convertido en uno de los intelectuales más destacados del Perú y en un escritor de prosa elegante, profunda y bien fundamentada.

De la influencia de las luchas obreras sobre José Carlos en la década del diez ha dado cuenta César Lévano en su artículo “Mariátegui o la estrategia de masas”, publicado en el libro “7 ensayos: cincuenta años en la historia” (Lima, Biblioteca Amauta, 1981). La revolución rusa de octubre de 1917 fue para él como un relámpago en el claroscuro de la historia y le mostró el camino hacia el socialismo.

Su doctorado de autodidacta lo hizo en los tres años y medio que vivió en Europa a partir de noviembre de 1919. No perdió ni un día, leyendo, investigando, entrevistando, observando la realidad que tenía ante sí y escribiendo. Había partido de Lima como un literato. Volvía para realizarse como uno de los más grandes ideólogos de América Latina.

 La vocación revolucionaria de José Carlos Mariátegui La Chira, su excepcional visión de la realidad social, su propósito de contribuir a la creación del socialismo en nuestro país, su acción teórica y práctica por los trabajadores resultan de la confluencia de su infancia y su juventud, de su talento extraordinario y de su pertinaz dedicación a la lectura, el estudio y la escritura.

Fue un trabajador, hijo de una trabajadora, tal vez como usted.
(12/6/2014)