sábado, 10 de abril de 2010

CESAR VALLEJO: TAN NUESTRO EN SUS MÚLTIPLES ROSTROS.*

Vallejo en París. Celebracíón con Carlos More y Henriette Maise. La fotografía es de Juan Domingo Córdova.
No queremos estar ausentes en este mes de las letras, sin dejar de presentarles las entrevistas sobre nuestro vate universal César Vallejo Mendoza, que publicamos hace un buen tiempo en conjunto con Roquelín Ramírez Cueva. Algunos de los entrevistados ya no habitan con nosotros este mundo de las tecnologías de la información y globalización, quedan sus testimonios como huellas indelebles de la pasión vallejiana.

Vallejo representa una de las propuestas más vitales en la poesía universal, el humanismo vallejiano tiene sus raíces en sus ideales políticos que abrazó militando en el pensamiento socialista. La poética vallejiana nutre la sensibilidad y la pasión por justicia social, emerge de sus páginas la denuncia, pero también el abrazo fraternal y el sueño de una utopía inacabable. Esta rememoración por nuestro vate universal también es el reconocimiento para Georgette, su amada musa, quien defendió su obra y preservó sus manuscritos, los mismos que han nutrido a nuevas generaciones de poetas, quienes ven en nuestro vate universal, el paradigma de compromiso de la pluma con los ideales.

DE LAS CEREMONIAS Y SALUDOS**

El 15 de abril de 1938 nos fintea sus mortales células. El 16 de marzo de 1892 nace César Abraham, hoy a más de un siglo, de la parición del Shulca (el último de la hornada) en el hogar de los Vallejo Mendoza, los fastos y fastosos celebran y conmemoran aquel desafortunado día en que el Dios de los cristianos enfermó, y no contó con que la astucia del prematuro genio deicida aspirara su bocanada libre de soplos divinos.

El mismo creció no sólo hombre, buscando siempre en el horizonte el norte de su revolución, además, y de manera injusta, los mercaderes del templo lo erigieron igualmente Dios, lógicamente, inmenso e inasible.

Pero él, tan llano, tan peón, tan poeta, ahí está ubérrimamente tan nuestro, para por sobre el hombro de maestro otear las guerras civiles entre bandidos e insurrectos, las prisiones trílcicas o robinsoncrouseoneanas, la poesía del mundo, la utopía anhelada: nuestro mundo nuevo. Y con esto, el amor, tan personal, tan pasional, y tan universal en su abrazo de guerrero voluntario.

PERO contra la bondad de su sabiduría, lo festejan, lo honran, muy corteses y honorables lo invitan a los ceremoniales. Sordos aún al sardónico parecer (“no olvides que en la misa no hay amigos”. Poemas humanos) de su ética. Y por eso, los jóvenes (lectores, poetas, amantes, condiscípulos y parricidas) están seguros que, el Vallejo vallejode (a vallejudos) sonríe grato ante la fresca e irreverente impostura juvenil, al iconoclasta graffiti con que lo honran en las paredes perfumadas de vahos amoniacales. Por cierto, los honores más sinceros de los que le hacen a la luz del día. Claro, hay saludos cuando no cortesías.

Vallejo, de darnos el gustazo de opinar en estos tiempos, se hallaría más que satisfecho saber que su obra es parte espiritual de ese pueblo campesino que enhebra la belleza en la sentencia, algo así como, “…de algún pan que en la puerta del horno se nos quema”. Más aún, saberse escarbado y leído por los obreros, “…aquesos tuyos pasos metalúrgicos/…/ Te digo bolchevique, tomando esta flaqueza en su feroz linaje de exhalación terrestre.”

Abominando de banquetes o cualesquier Te Deum con que los privilegiados de la riqueza y el poder, más las élites eruditarias, pretenden sacramentarlo. Si nos ubicamos en los días posteriores al convite –todos los habidos y por haber- observaremos que no es únicamente España, ni París o América, también algún retazo del Perú, dónde se reúnen los amigos y la canalla para ofrecerle la mano de puro y formal convencionalismo, o mancillar su ideal con la bendición del verdugo, respectivamente. Y los camará –de Vallejo-, como ya lo rasgó en un poema, “son cosa aparte y seria”, lo frecuentarán con el abrazo de todos los hombres de la tierra. Con los amigos y vecinos, a César Vallejo no le queda mayor opción que someterse a la autopsia formal de su poesía ungida del aderezo anecdótico de los dimes y diretes de sus exegetas, compiladores y ventrílocuistas de su voz. Con los oficiales del oficialismo, le sucede lo que a todo cabal revolucionario, cuando su vida y obra es acción transformadora, ya lo venimos repitiendo, el sistema celebra a Vallejo con la astucia zorrina de absolverlo u opacarlo, de allí que hablen o informen del Vallejo bohemio, perdulario, místico, liberal, pordiosero, Dios; producto de su mezquindad mitificadora.

Es decir, nuestro cholo ¡qué vaina! Sólo espera el sincero y solidario abrazo de los proletarios y campesinos, particularmente de aquellos que generan esa voz genial que nutre las plumas creativas; el saludo cortés y dubitativo del intelectual: el aguijón de los dueños del viñedo. Y por supuesto, la tácita comprensión a los jóvenes ya la precisamos líneas atrás. O si n o averigüen de estepa a llano, de pico a pico que “son testigos los días jueves, y los huesos húmeros, /la soledad, la lluvia, los caminos…” , e indudable la masa.

DE SU VOZ INTENSA: LA SIMIL MILICIANA**

Hay hombres, pueblos, luchas, obras, vida y muerte plena. Ninguno de los componentes sobra ni debe faltar, como en todo poema redondo y soberbio, vital y expresivo, al que no se puede adulterar por un fonema, ni confundir el punto final por el suspensivo. No otra imagen enlaza en el tiempo y en la historia, a Vallejo, al Perú y España, así como la insurrección, metidos milimétricamente en la combinación armoniosa –disculpando el redunde- de España, aparta de mí este cáliz.

El hombre, un poblano hijo de La Libertad crecido en una provincia mayor llamada Perú, se exteriorizó y agigantó a la medida del mundo, después que comba en mano se batiera, cual Quijote de las masas, contra los míticos dioses por el desentrañamiento y acierto de la palabra esculcada y sedimentada en las rutas modernistas, surrealista, hacia la sustancial vanguardia.

Las anécdotas del Trujillo cerril, de la pedante mediocridad criticona, del embadurnamiento de sus “perfiles tristes y raídos”, no han contribuido en su hechura, volvemos a repetir sin tedio, a nada más que pretender hurtarlo a esa componenda indivisible de vida y muerte plena, atrás mencionada.

Los pueblos, la esencia de una nación, lo acunaron y amamantaron en la savia de su sabiduría, al punto que pudo hacernos comprender que “todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacía él”, y claro no sólo decirlo, hacerlo y ser continuador y zumo de aquella.

Pueblos expoliados y asqueados de las cien caras tiranas que se permiten, entre pensares y consejas, averiguar el final de los buenos días del pudiente. Que sin cuidarse de las muertes sobre las que se han de erigir la misma vida, apuestan por esta ciento por ciento.

Luchas como la insurrección por la República en España de los años treinta, en que el hálito de vida, el fluir de la sangre, aún la posibilidad de la victoria ya no cuentan: ante todo se ha de legar el temple de la fibra, la serenidad del nervio, el símbolo de la utopía. En otras palabras la persistencia por un mundo nuestro, la perennidad de la vida.

Y por ello no hay forma más quijotesca que caer en la guerra civil española, total el poeta no canta por el pueblo de España únicamente, sobre todo y en esencia predice las futuras batallas de la “sierra de mi Perú”. No hay modo más romántico que caminar hacía el “Perú del mundo”, país colectivo del abrazo universal.

España, aparta de mí este cáliz –de igual cualidad Poemas Humanos-, la obra, un clásico ya de formas y discursos, es el encadenamiento en el tiempo e historia de los hombres, los pueblos y las gestas. Y por ello mismo, nutre con su vigencia el contexto peruano y americano de nuestro tiempo, la utopía que construye nuestra historia y su devenir.

Esta obra del poeta abierta a ásperos y leales lectores, voz intensa ajena a las élites eruditarias, sigue siendo, para el común y mejor de los poblanos, la pasión, el parimiento, la justa cólera, el golpe colectivo con lo que “el poeta saluda al sufrimiento armado”, hoy más que nunca, al nacimiento del milenio tri.

Ya en el tope, señalamos que la presencia transparente, indiscutible de César Vallejo en la literatura universal, gravita esencialmente de manera intensa, humana y cabal, siempre por el “Perú al pie del orbe”. Por ello nada más y nada menos, le saludamos en su propio estilo: “¡Salud, hombre de Dios, mata y escribe!”

Fotografía de Vallejo en Lima, 1922.

DE LAS ENTREVISTAS

En la selección de nuestros invitados preferimos ser amplios, para que así sean diversos los criterios. Este modesto indagador ha aprendido que, de vez en vez, lo mejor de la clase se asimila en el aula, más la mayor parte en el trabajo de sus contornos. Nos disculpamos de importantes ausencias que por diversos motivos no pudimos tomarles testimonio.

Los entrevistados respondieron a las siguientes interrogantes, de alguna manera en sus respuestas se deja apreciar los diferentes matices que nuestro cholo universal proyecta, desde los más banales hasta la más fervorosa y sincera.

1) A más de cien años de su vida, ¿Cómo observa en Vallejo al hombre, al poeta, al revolucionario?

2) Evocando los hechos y concibiendo los discursos de España, aparta de mí este cáliz, ¿Cómo se expresa la vigencia o no, de esta obra, en los actuales momentos de querellas y violencias en el Perú?

JORGE GUZMÁN (Universidad de Chile)

(1) Difícil pregunta. En el contexto actual donde han sucedido tantas cosas en la política mundial, creo que Vallejo, hombre y poeta, es una especie de esperanza para los que aún seguimos creyendo que la utopía es válida, y que para los pueblos de Latinoamérica la historia no ha terminado. La voz de Vallejo sigue tan actual en ese sentido y quizás más actual que antes.

(2) Mire, no sabría relacionar muy bien el problema de la violencia con el contenido de España, aparta de mí este cáliz. Sin embargo, hay un asunto que me interesa más en este libro, ello es que la figura central de los últimos dos poemas es una mujer.

Todo el conjunto de España, aparta de mí este cáliz, es una mujer plena, lo cual tiene que ver con la importancia protagónica de la figura femenina en Latinoamérica. Debemos reflexionar que toda la historia de la civilización occidental ha estado centrada en el varón.

Mientras que Vallejo ofrece la posibilidad que el redentor del mundo, el que va ha propiciar la utopía, sea una figura femenina. Afirmación que tiene que ver con la enorme importancia de la femineidad en Latinoamérica.
Busto vaciado en bronce. Facultad de Letras, UNMSM. Fotografía de René Salgado Choque.

ANDRE COYNE (Francia, Biógrafo de CV)

(1) ¿Vallejo hombre, poeta y revolucionario? ¿O el hombre, poeta y revolucionario de ahora?...Bueno es que, es muy difícil creer en las revoluciones ya. Al mismo tiempo, estamos en una época moderna y viviendo las consecuencias de la época de él, y entonces no podríamos saber cómo reaccionaria hoy Vallejo. Pero de hecho que fallaron las promesas de las revoluciones, creo que es una cosa que nadie puede negar. Vallejo fue hombre de su época, pero su época es la responsable de la nuestra y, ¿qué podemos decir hoy de las revoluciones? Eso habría que preguntarle a las nuevas generaciones que todavía creen en ellas.

Ahora, el Vallejo revolucionario felizmente fue profeta, al mismo tiempo que poeta, y la profecía siempre se proyecta aún más allá de la historia, hacia una ultra-historia que nunca llega y que todos esperamos, si seguimos viviendo, algún día llegue.

A las nuevas generaciones les va a pasar lo mismo, no van a ver nunca esa ultra-historia, pero felizmente seguirán esperando que algún día pueda llegar.

(2) Creo que la vigencia está en el titulo y en el último poema. Habría que hacer una historia de España, aparta de mí este cáliz… Nadie estudia la relación entre el primer poema y el último siendo más vigente el último: “niños del mundo si cae la madre España”.

La madre España que es la madre tierra también, sigue cayendo siempre, pero siempre están los niños del mundo dispuestos a levantarse para ponerla en pie también, es un proceso que no acaba nunca.

LUIS MONGUIÓ (California´s University, Biographer of C.V.)

(1) ¡Caray! ¿Quiere usted que escriba tres libros para responder esto?... Sobre Vallejo, lo que se puede decir aquí en el momento de una grabación, es porque uno viene [al Perú] porque admira su poesía, todo el resto me es añadido y lo importante es su poesía.

Como hombre debía haber sido, y por eso siempre me ha parecido un hombre bueno, su política, su religión, todas esas demás cosas me interesan muy poco, lo que importa es la belleza de su poesía, eso es lo que he escrito y entonces podemos tener la misma verdad, ahí está…

(2) Este libro es su última poesía, y es sólo un elemento de su poesía. A mí me gusta Trilce, Poemas Humanos, España, aparta de mí este cáliz, los tres enormemente, no me gusta uno más que el otro. Lo que más he trabajado es Trilce, porque es dónde hay la gran novedad poética de Vallejo, la gran ruptura lingüística y poética está en Trilce, siempre me ha gustado mucho.

FEDERICO BRAVO. (Universidad de Bordeaux III, Francia)

(1) Hace años veo, como se dice vulgarmente, que ha Vallejo no le hace falta ningún tipo de cirugía estética, porque sigue vigente y, creo, cada vez más. Es la primera vez que vengo al Perú, y veo que está, más que nunca, vigente aquí. Yo vengo de Francia y puedo decir que allá hay un florecer, un gran interés por Vallejo que se traduce en un número importante de publicaciones los últimos años.

(2) Bueno, yo tengo que contestarle en tanto que lingüista, porque mi aproximación a la obra de Vallejo es más bien de orden poético y lingüístico.

Y creo que si hubiera que dar una definición de este libro, precisamente, y alguien lo ha dicho, el interés viene del hecho que Vallejo consigue aliar lo que es una estética, con lo que es una poesía comprometida. Se suele decir que la poesía comprometida no tiene vigencia, y sólo a partir de un contexto social e histórico determinado. La poesía de Vallejo es revolucionaria, no solamente por el contenido ideológico, sino también por la transformación lingüística que lleva a cabo. De forma que es el único poeta, tal vez revolucionario en los dos planos: ideológico y lingüístico.

JAMES HIGGINS (Liverpool’s University, United Kingdom)

(1) Bueno, sigo creyendo que lo más importante de Vallejo es el lenguaje. En todos los poetas hay una insatisfacción con el lenguaje que han heredado. En el caso de Vallejo se explica también por su condición de ser peruano de la periferia, insatisfecho también con el orden dominante. Él desarrolla un nuevo lenguaje poético que revoluciona enteramente la poesía de lengua española.

Se trata no sólo de un asunto de estética sino de algo que cuestiona todos los valores establecidos, es decir, se opone a la cosmovisión y valores tradicionales.

En suma nos propone otra manera de ver el mundo. Como revolucionario creo que las raíces de la política revolucionaria de Vallejo están, ya en su experiencia peruana. O sea se remontan a una tradición comunitaria colectiva y andina. Por cierto que Vallejo, toda su vida, estuvo en busca de una ideología, un modelo que de expresión política a todo esto que sentía por dentro, y creo que la encontró en el marxismo, en términos más generales en el socialismo.

(2) Exagerando un poco, España, aparta de mí este cáliz, no tiene nada que ver con España. En cierto sentido Vallejo se aprovecha de los acontecimientos de la guerra civil española para construir un libro que expresara su visión personal del mundo acerca de su política futura. Y aunque los poemas se basen en hechos objetivos, de un momento concreto, realmente habla para el futuro. Es decir, si bien se nota una contradicción, porque es el libro que trata de una derrota. Sin embargo, habla de una victoria futura que aún no ha sido conquistada. Y creo que el mensaje del libro, si se puede hablar de ello, es que por más derrotas que sufra el socialismo, hay que seguir luchando, trabajando para crear una sociedad socialista.

Creo también, que está implícita en el libro, la idea que los socialistas no deben quedarse aferrados a modelos del pasado que han fracasado, y que permanentemente hay que seguir buscando nuevos modelos. Para dar expresión a un socialismo que sea una actitud vital vigente. En otras palabras, es cuestión de averiguar que expresión puede encontrar el socialismo para llegar a realizarse en la sociedad.

WILLIAM ROWE (Real College of London, United Kingdom).

(1) Creo que precisamente, vivimos en un tiempo del desgaste de la ética y de la política, y que la lucha de Vallejo con sus bellísimas obras de poesía nos sirve para tomar aliento para orientarnos. Así como creo, que la poesía vallejiana sirve todavía para hechos importantes como el renovar la lengua, y mostrar posibles caminos de experimentación poética.

(2) Obviamente, España, aparta de mí este cáliz es un libro que se enraíza en la ternura, en el amor mutuo entre los seres humanos, de sustanciación social, digamos.

El libro que se inspira en la lucha del pueblo español y en el arte oral popular de ese tiempo, por cierto resulta un material elevado que hace posible la creación de un poema épico y trágico, a la vez que expresa nuestro siglo, de algún modo.

Habla de la violencia desgarradora, que resulta siendo la centuria más violenta de la historia humana, a la vez que permite el surgir de las capacidades humanas para el amor y la lucha.

Vallejo asume estos aspectos muy opuestos, pero lo que prevalece en su obra es la ternura, el amor, el logro de los seres humanos por sobre existir a lo destructor. Pero tampoco pretende que lo que resulta destructivo en el ser humano y en su historia, se oculte. Es decir, no mantiene un discurso chatamente utópico, él acepta que el dolor y la destrucción causados por la violencia existen, que son parte de la historia humana.

Busto de Vallejo. Facultad de Letras de la UNMSM. Fotografía de René Salgado Choque.

PABLO GUEVARA (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)

(1) El asunto es complejo. Se puede responder por su biografía a través de su escritura, sus creencias, sus filiaciones ideológicas a lo largo de su vida. Con Vallejo siento, que es un exponente clarísimo, de lo que se denomina barroco de indias. Es decir, un autor que trabaja desde la colonización, y que toda su etapa peruana es un continuo tratar de descifrar esa ambigüedad o duplicidad obligada de haber nacido en Santiago de Chuco y luego haber llegado a las ciudades “ilustradas”, de Trujillo y Lima. Allí se sintió segregado, marginado, incomprendido. Entonces, uno entiende que el hombre sufrió tanto como el poeta, por lo cual revolucionará su lenguaje, y no sólo como expresión de un credo ideológico, que sabemos asumió después, sino como gesto de quién entendía que hubo de hablarse parte de nuestra oralidad, además de la presencia humana libre de toda coerción.

En gran parte, eso es Heraldos Negros y Trilce: un canto a la ciudad natal, de homenaje y reivindicación, a familiares, animales y paisajes, en el primero; y en el segundo, es esa contradicción de tener que ilustrarse con corrientes literarias que le son ajenas, y, al mismo tiempo, por la necesidad que le impelía su condición de hombre en un lugar que ya, socialmente, estaba revolucionándose.

Es el departamento de La Libertad, ha principios del siglo XX, los anarquistas habían prácticamente subvertido a los campesinos de las haciendas, y ya se estaban generando los partidos socialista y aprista. Vallejo no fue en absoluto insensible a esta creación de partidos de masas.

Entonces, al Vallejo pre europeo, le surge fatal rubendariano por estas necesaidades económicas, porque tiene que, por ejemplo, abandonar la carrera de medicina y regresar varias veces a Santiago de Chuco por los apuros del hambre. En este ir y venir, forja un primer elemento fundamental a su poesía: el pie bien puesto en Santiago de Chuco, como emblema de lo que es un poeta del Perú; y el otro pie, con una poesía muy crítica, muy neurótica, muy contradictoria (en todo caso desubicada) enfrentado a los itsmos o escuelas literarias del siglo XIX.

(2) Vallejo entiende que debe crecer y se va a Europa. Él dice en su famoso poema “Sermón de las sagradas escrituras” que “ha llegado a crecer, a aprender, a ser hijo”. Y reasume, otra vez, toda su poesía.

Los últimos quince años se dedica a construir fundamentalmente un cuerpo nuevo, que es el de Poemas Humanos, que todavía no está vestido, y a continuación se da la guerra civil española. Vallejo como hombre lúcido de su tiempo, que sabe cuales son las grandes contradicciones del siglo XX, apoya la creación de ese gran proyecto que es para él, el hecho más conmovedor de su vida: hacer el socialismo en un país hispano, de lengua castellana. No fue así y Vallejo lo presiente, lo crítica y comenta en su España, aparta de mí este cáliz. Ahora como puede percibirse, un poeta no nace, se forja en un proceso larguísimo, no se es revolucionario de la noche a la mañana, e igual no se es un hombre cabal.

Vallejo pugnó toda su vida por desarrollar esta convicción y lucidez: por encima de todo ser hombre, y lo dice a cada instante en su poesía. Un hombre que conoce el sufrimiento de los demás y que se conmueve ante el padecimiento ajeno. Es quizás el único y primer poeta de habla castellana de los últimos siglos, que haya entendido que las relaciones del arte no deben darse desde una élite o mirando hacia abajo desde un lugar elevado, sino que siempre deben ser relaciones, aún por crearse, democráticas, en forma horizontal, de prójimo a prójimo. Y en esto Vallejo, es el primer y principal,propulsor, comparable sólo con José María Arguedas, Juan Rulfo, Güimaraes Rosas, Gamaniel Churata, el mismo Lezama Lima, Martín Adán. En fin, gente que entiende que tenemos que construir un arte, una cultura y una revolución propia, en todos los sentidos: en el lenguaje, en el sentir, en el vestir y en el pensar.

GUILLERMO MARIACA (Universidad San Andrés- Bolivia)

(1) Creo que el principal aporte de Vallejo y de otros, muy pocos, escritores latinoamericanos, consiste en haber logrado construir una representación latinoamericana, desde esta perspectiva continental. Han logrado erigir un sujeto de lo marginal, pero también de lo diferente.

Un sujeto que si bien reconoce, en su particular situación, una opresión y otros datos de la realidad que lo van constituyendo; al mismo tiempo, sin embargo, ese sujeto se construye con una identidad muy genuina que no está necesariamente relacionada con los modelos del centro o de la metrópoli. Esta particular característica o propiedad de Vallejo, y de los otros escritores, es lo que se ha permitido desde México a Chile, la construcción de un imaginario cultural específico, al mismo tiempo que contestatario.

(2) España, aparta de mí este cáliz está proponiendo no sólo que dispongamos una solidaridad cultural, ética y poética para con la violencia o con las víctimas de esta violencia de la que somos objeto. Hay violencias y violencias.

Una de las características centrales de la obra, es el haber sido capaz de proponer una respuesta desde una perspectiva comunitaria, colectiva; y que esta respuesta está resumida en la frase acción poética. Poética entendida como una expresión artística, pero también como una expresión de la marginalidad.

Vallejo y Georgette Philippart. París. Fotografía de Juan Domingo Córdova.

RICARDO KALIMAN (Universidad de Tucumán – Argentina)

(1) Es una pregunta que tiene muchos aspectos a responder. Para mí, que vengo del noroeste, una región periférica dentro de Argentina, me gustaría destacar, desde esta particularidad, la importancia que puede tener el hecho que Vallejo proceda igualmente de una región periférica del Perú. Y así comprender lo revolucionario de Vallejo en todo aspecto. Lo revolucionario desde el punto de vista social y desde el punto de vista literario. Yo creo que esto, hace intervenir un complejo cuerpo –casualmente- de tradiciones y contradicciones que fluyen en su práctica. En otras palabras, tratando de ser sintético y claro, la periferie siente la contradicción a través de la violencia, porque le impone ciertos cánones, ciertas reglas hegemónicas que buscan discriminar, de excluir, y marginar aspectos del substrato popular. Pero como el hombre de la periferie está viviendo concretamente, o es parte de ese orden o raíz popular, entonces va a terminar aflorando estas experiencias. Y claro, además hay que tener necesariamente el talento de un Vallejo para poder cristalizarlo en una práctica concreta, en el caso particular de él, su escritura.

(2) Como peruano que no soy, obviamente hablo desde la información que percibimos fuera. En la sociedad argentina, particularmente hemos vivido una experiencia de violencia del Estado. Hemos vivido esa sensación de inseguridad, de permanente amenaza a los derechos más elementales de la vida, que coligo a intuir, también fue vivida por los peruanos. Ahora yendo a la misma pregunta, creo que han escogido un texto especialmente significativo, aunque creo que en Poemas Humanos también está ese valor fresco y recíproco entre contexto y discurso. Si hay algo nítido en Vallejo, es esa vocación de tender ese puente que busca establecer una comunicación entre los hombres, por una sociedad más justa, en la que se puedan desarrollar, vivir con las necesidades mínimas resueltas y las posibilidades de crecimiento en lo espiritual y cultural. Humano si cabe el término. Y digo que esto es lo más claro, porque en otros aspectos Vallejo se muestra contradictorio, pero no en la utopía humana. Porque allí está el mensaje fundamental que muy bien vale la pena escuchar y llegar a comprender, para salir adelante.

JULIO VELEZ (Catedrático y crítico español)

(1) Son todas una misma cosa. Como en todos los grandes creadores hay que ponerse de acuerdo, previamente, en lo que significa, además, cada uno de estos conceptos.

Yo explico en clase –para sorpresa de mis alumnos- que Hölderlin, el gran poeta del romanticismo, vivió físicamente setenta y tres años y la mitad de su vida la pasó en una buhardilla, la del carpintero Sigmet, pero cuando la gente llegaba allí para pedirle poemas, él nunca firmaba como Hörderlin, siempre firmaba como Scardanelli. Yo me entretuve en contar que Scardanelli vivió ciento setenta y siete años, mejor que no se dedique a enseñar literatura, que se ocupe en negocios, en el Derecho u otra cosa.

(2) Siempre he dicho que cuando vengo al Perú, vengo a casa. Uno termina descubriendo que al fin y al cabo, son las personas quienes forman los países y no las demarcaciones de fronteras. Hay personas buenas y malas en cualquier latitud del mundo. Hay personas que explotan y personas que son explotadas, lo que termina por crear en los desposeídos esa hermosa solidaridad, que en definitiva es el ser humano.

El pensamiento y contenido de Vallejo en España, aparta de mí este cáliz, serán por siempre vivos. Porque no hay que olvidar algo, Vallejo no sólo dice que hay que amar al amigo, menciona que hay que amar al enemigo. Y no lo indica en sentido de interpretarlo como exclusivamente cristiano, lo señala en un sentido socialista y universal. Con respecto a la violencia, es oportuno recordar algunas frases de Vallejo, que escribió en su “Explicación del Ejército Rojo”: “todo aquel cuyo nivel de inteligencia no sea igual o superior al nivel de inteligencia del inventor del fusil: no tiene derecho a utilizarlo”. Creo que Vallejo respondió perfectamente.

GUILLERMO RODRIGUEZ RIVERA (Poeta de Cuba)

(1) Vallejo es una de las grandes figuras de América, en todos los órdenes. Pues, no son frecuentes esos altos grados fundidos de hombre y de artista. De ahí que la acogida que ha tenido, demuestran que Vallejo es imprescindible para América Latina, por su historia, por su posición ideológica, por ser poeta y hombre.

(2) No conozco a fondo la situación del Perú, apenas empiezo a familiarizarme con sus problemas. En esto el mensaje de Vallejo es muy importante para el Perú y América, porque en él hay una frase: “si la madre España cae, salid niños del mundo, id a buscarla”. Bien decía, que en él hay la persecución de un ideal, como todo hombre necesita de ello. Se habla del fin de las utopías, pero creo que el hombre no puede vivir sin las utopías, porque éstas son la idea siempre de un mundo mejor. Sin duda que esto es la mejor encarnación de la utopía, y todo gran hombre y pensador que quiere lo mejor para el mundo, para su pueblo, es en cierto sentido un utopista. Siempre habrá utopías, porque el mundo a cada momento es mejorable y se puede conseguir aún uno mejor. En este sentido el pensamiento de Vallejo, su ideal es plenamente vigente. Todavía tiene muchas lecciones para los latinoamericanos y hombres del mundo entero.

Escultura en bronce de César Vallejo por Miguel Baca Rossi, inaugurada en 1983. Frente al Teatro Municipal de Lima, jirón Huancavelica. Fotografía de René Salgado Choque.

LUIS HERNÁN RAMÍREZ (Escritor y docente UNMSM)

Al cumplirse más de cien años de su nacimiento y más de cincuenta de su muerte (“murió de vida pero no de tiempo”) César Vallejo poeta y hombre, poeta y revolucionario, ha recibido como ninguna otra personalidad peruana un reconocimiento universal. Manifestado en múltiples homenajes que le tributan instituciones del país y de todas partes del mundo, consagrándolo como el mayor representante de la cultura humana del siglo XX. Y todo esto, no sólo por el valor intrínseco de su creación lírica y de toda su obra literaria, que abarca además, la narrativa, el teatro, el periodismo y el ensayo reflexivo, crítico y esclarecedor de ideas, sino también por su firme y voluntaria adhesión a la ideología del socialismo científico que él abrazó con apasionamiento y sin claudicaciones hasta el final de sus días.

Lo de Vallejo no es una simple y periférica adhesión al socialismo. Nuestro poeta devino en un verdadero activista y militante de los cambios revolucionarios para devolver a la sociedad su verdadero equilibrio de justicia social por el camino de la liberación de los hombres y de los pueblos.

Da pena si, ver que en los múltiples homenajes se pone énfasis y empeño en destacar en el dolor, el sufrimiento y la tristeza del poeta o los temas del hogar, la orfandad y la soledad y hasta se habla de un Vallejo metafísico olvidando su activismo revolucionario. Queda aún y supervive el espíritu de los críticos oficiales y conservadores de su tiempo que arrojaron al tacho de basura los originales del poeta, que le recomendaron sembrar papas en su terruño, que le acusaron de incendiario sometiéndole a un proceso judicial y enviándole a la cárcel, que recibieron con indiferencia sus primeros libros y motivaron su exilio a Europa.

(2) Los quince poemas de España, aparta de mí este cáliz y otros de Poemas Humanos que el poeta trabajó febrilmente en los últimos días de su existencia, están allí como testimonio de su agónica perseverancia a la causa del socialismo para cambiar la faz del mundo y dar paso a la edificación de una nueva sociedad. Escritos ante el espectáculo triste y doloroso de la derrota militar del pueblo español y de su República, avasallados por las fuerzas negras del fascismo internacional.

Los cantos de César Vallejo constituyen un himno de fe y de aliento a continuar la lucha en el nuevo camino de la verdadera revolución, justa y legitima que libere definitivamente de la opresión y la ignominia a los pobres y explotados.

CARMEN OLLÉ (Escritora, docente de la Universidad La Cantuta)

(1) Su imagen ha crecido conforme la leyenda. Digamos que cada vez hay más gente que admira a Vallejo al poeta inmortal, pero no estoy segura que todos lean al poeta de Trilce y de Poema Humanos. Por un lado, hay cada vez más Vallejólogos, y por otro, los lectores siguen tímidos ante su monumental obra.
 (2) No se puede plantear la poesía en términos de vigencia o no, toda obra artística está más allá de sus referentes, y éstos sólo sirven de punto de partida, más o menos, en el momento de analizarla. Por eso La Divina Comedia de Dante Alghieri trasciende sus ideas políticas y a la Florencia del ducento. Así, la de Vallejo a la España de la guerra civil y se dirige a todas las posibles Españas del siglo XX.

 
FELIX HUAMAN CABRERA (Narrador y docente de la Universidad La Cantuta)

(1) Al hombre hay que situarlo en la sociedad peruana, que si bien ha cambiado a matices capitalistas, aun convive con rezagos feudales y/o semifeudales, a nivel económico y más profundamente a nivel ideológico; de ascendencia campesina, Vallejo crece en este ambiente.
Hijo del ande, por su extracción popular vivió y sufrió todas las limitaciones que significa el ser pobre, hasta el fin de sus días; fue víctima pues, de la sociedad y la historia. También fue víctima de nosotros, el Perú entendido como una abstracción. Más no así para el Perú comprendido como una particularidad, como país de grandes mayorías que saben que él significa su voz, su palabra; y que lo hizo con esta intención.
Al poeta le es indiscutible su gran calidad en todo nivel de la literatura, partiendo desde el uso del lenguaje hasta el abordamiento de los más grandes temas universales, sin abstracción metafísica. Temas en concreto: Realidad procesada dentro de un trabajo intelectual, hasta hacer posible toda una poética de interpretación del destino del individuo y de la sociedad. Esto a nivel de poesía es grandioso.
Vallejo en su corriente estética, es el revolucionario del lenguaje y la palabra, al punto que se adelantó en mucho a toda la vanguardia europea. Lo hizo en un Perú con tradiciones de colonialismo, de subordinación a modelos hispanistas y europeos.
Con todo, descubrió nuestras raíces andinas, particularmente en ese entronque que se hace de toda nuestra cultura con lo que se llamó libertad de expresión en el surrealismo. Y este hallazgo no es sólo una característica, sino el inicio de su inmortalidad. El político es un hombre presente, creo que su palabra hoy en día tiene más vigencia que cualquiera. Y si estuviera vivo, Vallejo estuviese preso porque es el hombre que expresa nuestra realidad, y que ve como única salida a esta situación la opción radical, en busca de una igualdad de clase.

(2) Los historiadores y especialistas de la literatura consideran que España, aparta de mí este cáliz es importante porque lo dedicó al amigo muerto con el que viajó a Europa, aceptando esta obra sólo por su anécdota. Pero cierta o no, ésta es un pretexto temático, lo importante es la trascendencia del trabajo poético.

A nivel formal no se puede objetar un trabajo conformado, cuajado, total; que en lo temático es importante porque es una respuesta a la historia a nivel literario y a nivel de consecuencia política, en su condición de militante del comunismo. En la obra, no hay trabajo de la fantasía como mero entretenimiento del individualismo.

En esa perspectiva, me parece, esta obra es vigente. Es el grito del hombre que está en conflicto, en insurgencia a lo extenso del mundo. Vallejo no sólo se conduele de la muerte, sino que de ésta extrae enseñanzas de esperanza, de porvenir, de arenga, que es lo importante.
A pesar que muchos baten palmas porque determinado proyecto, que el pueblo veía como modelo ha fracasado, y aparentemente ya no hay esperanzas ni utopías; España, aparta de mí este cáliz, significa como tema la gran simbolización de todos los pueblos que luchan por su liberación.


* Publicado en la revista K'ollana N° 02, abril 1993, pp. 5-13.
** Texto de Roquelín Ramírez Cueva.